Tras 45 años abandonado, en el hotel de 6 pisos que nunca se estrenó – en Ignacio de la Roza 252, frente al Correo Central- se trabaja a toda marcha para volverlo a la vida. Los hermanos constructores Vicente y Joaquín Mulet compraron del primero al último piso y desde hace dos meses trabajan en un ambicioso proyecto que le cambiará la cara: lo están remodelando íntegramente para convertirlo en departamentos de alta gama, o quizá en un hotel como fue construido originalmente (el destino aún no esta decidido), al que esperan inaugurar en abril o mayo del 2013. “Se está restaurando todo el edificio, incluidas las áreas comunes de la galería comercial de 16 locales que lo atraviesa (desde la peatonal Rivadavia hasta de la Roza), y el subsuelo, donde hay otros 16 locales.

Se pondrán en condiciones todos los servicios comunes, desde servicio contra incendio hasta las cañerías”, explicó Eduardo Notario, el arquitecto encargado de la obra. La remodelación de la mole de cemento, cuya inversión se mantiene en secreto, sería un proyecto inmobiliario más, si no fuera porque el edificio guarda una historia sorprendente. Su dueño original murió inesperadamente de un infarto sin dejar descendientes, y el hotel que tenía un salón de baile enorme y hasta las habitaciones alfombradas nunca fue inaugurado (ver recuadro), permaneciendo desde 1967 abandonado y sufriendo todo tipo de vandalismo, como el robo de todos los sanitarios y hasta del motor del ascensor que estaba ubicado en la terraza.

Las 90 habitaciones se convertirán en 54 monoambientes, y en el exsalón bailable de 800 m2 se harán 9 departamentos de 50 m2, todos con vidrios dobles, pisos flotantes y porcelanatos, servicios eléctricos (sin gas) y fibra óptica para TV, teléfono e internet.