El pronóstico de temporada que se dio a conocer en septiembre ya anunciaba un año hídrico "pobre", pero nunca tan crítico. Los caudales de los meses de noviembre y diciembre fueron apenas el anuncio de lo que hoy es una realidad que impacta: El caudal actualmente del Río San Juan es el tercero más bajo de los últimos 100 años, con apenas 22,3 m3/s y sólo comparable con la sequía histórica del periodo 1968-1972, que a esta misma altura del año arrojó la friolera de 17,4 m3/s -fue en enero del "69-, según se desprende de las estadísticas históricas de Hidráulica, que tiene registros desde la temporada 1909-1910 y a la cual DIARIO DE CUYO tuvo acceso.

Enero es el mes clave. Aquel que a suerte o verdad muestra todas las temporadas cual importante o no será la realidad hídrica, porque es el periodo donde los caudales se incrementan a consecuencia de las temperaturas más "cálidas" en cordillera, que permiten que se derrita la nieve acumulada. Los datos de aforo del Río San Juan son contundentes -se toma la medición en el km 47,3- y dejan a la luz el grave cuadro que vive la provincia en materia hídrica, que lo ubica entre los más nefastos que se recuerdan.

"El pronóstico de derrame en enero estaba sobre los 38 m3/s, que ya era muy bajo. Las condiciones en cordillera siguen siendo complicadas para que se produzca el derrame. Según datos que tenemos de la semana pasada de la estación de Pachón la temperatura es de 4 grados, cuando para que se derrita la nieve acumulada debería rondar los 10 grados", admitió ayer el secretario de Recursos Hídricos de la provincia, Jorge Millón.

El error en el pronóstico fue a lo largo de la historia sanjuanina algo recurrente. Según quedó asentado en las paginas de este diario, en su edición del 4 de enero de 1971, el por entonces jefe del Departamento de Nivología de la División Cuyo de Agua y Energía, Dr. Federico Madril, había anunciado a inicios de temporada que para enero el caudal del río iba a alcanzar los 52,9 m3/s, cuestión que no sucedió y sólo llegó a un pobre 21,4 m3/s, es decir, menos de la mitad de lo pronosticado por el Gobierno de turno.

Periodos secos, indescifrables

A lo largo de los últimos 100 años, ocurrieron en San Juan varios periodos secos -es cuando están por debajo de los 50 m3/s- en donde el caudal del Río San Juan es muy bajo. Algunos se extendieron por un par de temporadas e incluso hay antecedentes de uno que duró 5 años y que obligó, entre otras medidas, a que las entonces autoridades provinciales tomen la decisión de construir el dique de Ullum y la implementación de una batería de pozos estatales, para obtener agua subterránea (ver página 3).

Según las estadísticas de Hidráulica, el primer periodo importante de sequía registrado ocurrió en las temporadas 1910-1912, que arrojó caudales bajísimos, con tan sólo 26,4 m3/s de agua que transportaba el río. Luego tuvieron que pasar más de 30 años para otra baja histórica del Río San Juan, que fue entre los años 1946 y 1948, con aforos -mediciones- que se ubicaron en pisos de 42,7 m3/s. La otra que se recuerda, data de las temporadas 1956-1957, con 31,4 m3/s.

Más adelante vendría una de las más recordadas y que se prolongó por años, que comprendió los periodos 1959-1963, que arrojaron también mediciones muy pobres: 37,7 m3/s. Hasta ahí, los gobiernos de la época no se habían puesto "los pantalones largos", pero llegó el ciclo más nefasto en cuanto a escasez de agua que se recuerde y todo cambió: Se trató de las campañas 1968-1972, con valores que rompieron cualquier estadística hasta ese momento conocida y un caudal que a la postre resultó ser el más bajo histórico y que sucedió en el temporada 1968-1969, con un mínimo de 19,9 m3/s.

La próxima campaña baja, demoró en darse y sucedió recién 25 años después. Fue entre 1994 y 1997, tuvo mínimos anuales que llegaron a 30,2 m3/s. Mientras que el más reciente data de la temporada 2010-2011, que si bien todavía no tiene valores finales es probable que no supere los 25 m3/s. Como se observa, no existe un patrón común entre los distintos periodos.