Mientras en Mendoza a los productores de uvas les quieren cobrar 1.500 pesos por hectárea cultivada para combatir la polilla de la vid, en San Juan la decisión del Gobierno es que los viñateros no pongan un centavo, sino que los fondos saldrán de las arcas provinciales. "Vamos a poner los recursos pero continuaremos reclamando a la Nación una ayuda", dijo el ministro de la Producción, Andrés Díaz Cano.
La Lobesia botrana, o también llamada polilla de la vid, es una plaga que produce daños directos en las uvas, y desde la Nación, a través del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa), se viene trabajando en forma coordinada con los gobiernos de ambas provincias, que son los principales productores de uvas porque concentran entre ambas casi el 92% de los parrales del país. Los recursos hacen falta para la compra y distribución de feromonas (técnica de confusión sexual) y de insecticidas. En este contexto, a Mendoza, el Gobierno nacional dispuso entregarle 100 millones de pesos, pero el costo total de la campaña para este año está estimado en los 300 millones de pesos. Por eso el Gobierno mendocino aportará 50 millones, pero los 150 millones de pesos restantes se los quieren cobrar a los productores con fincas de más de 10 hectáreas, a razón de 1.500 pesos por hectárea, pagaderos en cuotas. Por eso fue que asociaciones que agrupan a los productores de la vecina provincia pusieron el grito en el cielo, como en el caso de la Sociedad Rural de San Rafael. "Los productores no están en condiciones de hacerse cargo de algo que no les corresponde. Es otro golpe más a la economía regional que ya viene complicada", dijo Marcelo Serrano, presidente de la entidad, según consignó el portal Sitio Andino.
En San Juan, en cambio, la decisión de la administración de Sergio Uñac es que los productores no pongan un peso, sino que por el contrario los aportará el Gobierno. Pero Díaz Cano dijo que le van a exigir al Gobierno Nacional que también ponga recursos. El funcionario estimó que para la próxima campaña, que debería arrancar en septiembre, harán falta entre 40 a 50 millones de pesos. "San Juan va a poner esos fondos, pero le vamos a seguir reclamando a la Nación", sostuvo el ministro. Incluso dijo que la intención es ayudar también a los pequeños y medianos productores, con el aporte de tractores, sulfatadoras y la maquinaria que haga falta. "No queremos que esta plaga siga haciendo daños en la provincia", dijo.
El año pasado se aprobó una ley para el combate de la plaga, pero el problema es que nunca estuvieron asegurados los fondos en el Presupuesto Nacional. Incluso ya desde fines de 2017 en el Gobierno sanjuanino advertían que hacía falta contar con los recursos suficientes para combatir este mal, que afecta seriamente a las plantaciones de uvas.
En Mendoza, hasta ahora, tiene media sanción de la Cámara de Diputados el proyecto para cobrarles a los productores, pero falta el paso en la Cámara de Senadores. A diferencia de San Juan, en la vecina provincia tienen sistema bicameral.
El año pasado, según un balance oficial, no quedó rincón sanjuanino sin fumigar por aire y tierra, o controlado con técnicas de confusión sexual, en las zonas definidas como potencialmente peligrosas para la reproducción de la polilla, la gran plaga de la vid. En total se destinaron 41 millones de pesos, mitad nacionales y mitad provinciales, que sirvieron para que por primera vez la provincia realizara un ataque preventivo integral entre octubre y diciembre. Según los números oficiales, se cubrieron 20.372 hectáreas, un 45% más que las 14.000 previstas a mitad del año pasado. Pero el problema fue que, a pesar de que fue sancionada una ley nacional para el combate de la plaga, en el presupuesto de la Nación ya se advertía que no estaban asegurados los fondos para continuar con la campana en el 2018.
Como parte de la campaña, coordinada por la Dirección de Sanidad Vegetal, se hicieron capacitaciones grupales de productores sobre la plaga y su control, y la forma correcta de usar las feromonas o el insecticida repartido sin costo.
La plaga y sus consecuencias
La Lobesia botrana es una plaga que ataca principalmente el cultivo de vid, por ello se la conoce comúnmente como "la polilla de la vid".
Produce daños directos provocando pérdidas en los volúmenes de producción, menor rendimiento por planta, afectando además la calidad de la fruta tanto para consumo en fresco como para vinificación. También favorece el ataque de diversos hongos patógenos que provocan la podredumbre del racimo. En uva para vinificar, los residuos que dejan estos hongos transmiten mal olor y sabor a los vinos (daños indirectos). Además la uva de mesa con destino a exportación debe dar cumplimiento con tratamientos cuarentenarios internacionalmente aceptados que elevan el costo de producción
Teniendo en cuenta que la Lobesia botrana es una plaga cuarentenaria bajo control oficial, la necesidad de combatirla surge de considerar que pone en riesgo la competitividad del sector, afectando en particular a las economías regionales.