La disposición es de la Secretaría de Energía de la Nación, que establece que las estaciones de servicio deberán eliminar la cartelería disponible para que los usuarios puedan pagar con código QR en la zona de los surtidores de expendio de combustibles por seguridad. Pero ya generó la reacción de las cámaras del sector en las provincias, entre ellas la de San Juan, al punto que se disponen a dar una batalla común para lograr revertir la decisión. "Parece una medida de algún trasnochado porque la verdad es que en los últimos cinco años no se ha registrado ningún siniestro que se puede atribuir al celular", dijo Analía Salguero, titular de la Cámara de Expendedores de Combustibles de San Juan, visiblemente molesta.

La empresaria dijo que las cámaras, a través de la Confederación de Entidades del Comercio de Hidrocarburos y Afines (Cecha), que las agrupa a nivel nacional, están preparando acciones conjuntas para revertir la decisión, como por ejemplo un planteo común ante la secretaría nacional.

La decisión oficial es porque, en ciertas áreas de las playas de las estaciones de servicio, en particular cerca de los surtidores, no está permitido utilizar dispositivos electrónicos que no sean antiexplosivos, ya que se podrían provocar accidentes, por ejemplo incendios, por los gases de los combustibles.

La decisión sorprendió a los estacioneros porque dijeron que se trata de una medida inconsulta, que se podría haber encarado con alguna negociación.

"Querer sacar un medio de pago como el QR es imposible y hay que buscarle la vuelta. Nos vamos a oponer y tomaremos las acciones necesarias para revertir la medida. Querer sacar esta modalidad no es una opción porque se trata de una decisión desprovista de argumentos. Le vamos a dar batalla a la resolución", sostuvo Salguero.

En San Juan calculan que la mitad de las operaciones en las estaciones de servicio se realizan con el celular, por cuestiones de comodidad y porque la gente evita pagar en efectivo por las dificultades para conseguir cambio para el vuelto.

Una de las opciones que se manejan es pagar desde el auto, en el caso de los combustibles líquidos, pero cuando se trata de GNC el automovilista debe descender del vehículo por cuestiones de seguridad. Y por eso es que no están claras las opciones que propone Energía de la Nación. Los estacioneros lo que no quieren es que se dificulten las transacciones y resulten más engorrosas que hasta ahora. Y es por esto que citan que no se han detectado siniestros atribuibles al uso del pago electrónico.

Otro integrante de la cámara local, Bernardo Turcumán, expresó que "me parece que se trata de un exceso de formalidad, pero la verdad es que el sistema no genera peligro y no se han detectado accidentes atribuibles al celular".

Lo cierto es que en la cartelería existentes en las estaciones, además de exigir que en el caso de GNC todos los pasajeros del vehículo deben descender, aparece prohibido el uso del celular.

"Estamos buscando hacer un planteo común a nivel nacional", dijo el directivo.

Consultado acerca del impacto en el negocio de las estaciones de servicio, Gabriel Bornoroni, titular de la Cecha, dijo que "de un día para otro sacan una resolución, inconsulta. Por eso, en principio no estaríamos de acuerdo si modifican lo que se está usando hace cinco años sin ninguna necesidad y ningún tipo de problema. Nos sorprende que no nos hayan preguntado".

  • Nuevas inversiones

Con una inversión de al menos $2.700 millones de pesos, según estimaron empresarios del sector, se vienen cuatro nuevas estaciones de servicio minoristas en la provincia. Si bien estos emprendimientos empresarios se deciden mucho tiempo antes, hay coincidencia en que los proyectos están asomando simultáneamente ahora, tres años y medio después de la última inversión que tuvo la provincia. En efecto, en mayo de 2019 reabrió la estación de servicio Central, ubicada en avenida José Ignacio de la Roza y lateral oeste de avenida de Circunvalación, en Desamparados, que había permanecido cerrada durante cinco años.

En el sector dicen que el "boom" inversor no surge porque el negocio sea rentable, sino por la necesidad de sumar volumen para lograr esa rentabilidad.