Luego de tres campañas consecutivas en alta cordillera con bajas precipitaciones níveas que decantaron en veranos con bajo caudal en el Río San Juan, estas primeras nevadas fuertes del año que cayeron el fin de semana largo arrojaron buenas señales: primero, fueron más tempranas que, por ejemplo, el invierno 2011 cuando el primer temporal ocurrió recién el 6 de junio. Segundo, es que existe un periodo de transición entre el fenómeno conocido como “La Niña” (que resultó históricamente poco nevador) y “El Niño”, claramente más proclive a la caída de nieve, lo que para el climatólogo Germán Poblete es señal de que el próximo invierno será “normal a bueno”.

No obstante, en la Secretaría de Recursos Hídricos son cautos, luego de dos pronósticos seguidos con gruesas fallas y como no tienen datos oficiales de la última nevada prefieren esperar a las mediciones que realizan los técnicos de esa repartición en el mes de septiembre (ver aparte).

“Desde el mes de abril hay una transición entre La Niña y El Niño, y eso es bueno en el sentido que se puede apreciar que estamos según los pronósticos frente a un invierno normal a bueno. Algo significativo fueron estas nevadas tempranas, pero hay que seguir semana a semana el comportamiento en cordillera”, explicó Poblete. La nevada de este fin de semana fue la primera intensa -la precipitación de la madrugada del domingo fue la más copiosa-, aunque a finales de abril se había dado un temporal, pero por las condiciones posteriores en cordillera es muy posible -asegura- que no termine consolidándose “casi nada”. Para el profesional este escenario lo primero que deja claro es que se termina “la temporada seca”, y que “comienza un ciclo más nevador”.

Por la cabeza de los que conocen la montaña el número se repite: 110 centímetros de nieve consolidada. Esa es la altura promedio que debería, al final de temporada, tener el manto blanco en la cordillera sanjuanina. Claro, ese valor asegura un derrame anual de 2.000 Hm3 que es suficiente para garantizar con holgura agua para consumo humano, riego y rellenar -en parte- los diques, que hoy están en mínimos históricos.

Esos 110 centímetros se encuadran en lo que sería un año níveo “normal” y estarían emulando campañas como la 2007-2008 y 2008-2009, cuando el derrame anual promedió 2.050 Hm3 y 2.251 Hm3, respectivamente. Esos fueron los últimos años con caudales “ricos” que hubo en la provincia.

DATOS ALENTADORES

Sólo entre las últimas horas del sábado y hasta el anochecer del domingo, a la altura del Valle del Cura, en Iglesia, se acumularon 52 centímetros de nieve, según reportaron las estaciones meteorológicas que tiene Barrick en Tudcum y Lama. Eso incluso impidió el recambio de personal en los proyectos que tiene la minera. Pero no toda esa nieve se consolidará -aseguró Poblete- y posiblemente sólo un 30% terminará quedando al fin del invierno, de acuerdo a que factores como temperatura y viento terminarán mermando la altura del manto blanco.