Cuando se ponía en marcha el dique Los Caracoles, allá por el 2009, desde el Gobierno provincial apuntaron todos los cañones a que San Juan podría autoabastecerse de energía en el corto plazo. Los números le daban la derecha, ya que la potencia instalada permitía producir lo suficiente como para cubrir la demanda. Cuatro años después, y tras estar inmersa en una sequía con pocos precedentes en la historia, la provincia genera en la actualidad apenas el 14,3% de la energía que necesita para cubrir la demanda (ver infografía), y que está en orden a los 250 MW (en el último verano tuvo picos de 385). El resto proviene del Sistema Interconectado Nacional, del cual San Juan es una provincia terminal.

El lado positivo es que en el último tiempo la energía solar sumó megavatios al sistema local, al punto que hoy aporta el 13,6% de lo que se genera en la provincia y que en el término de un año sumará 15 megavatios (2 de ellos en unas semanas, en la Fase II de la planta de Cañada Honda, en Sarmiento). Esto es visto con buenos ojos a nivel oficial, ya que no deja de ser un aporte importante ante la caída en la matriz hidroeléctrica, que se ve perjudicada por un bajo caudal de agua que trae el río San Juan. Este crítico escenario provocó en el último verano una serie de cortes de luz, sumado a la falta de inversión de la distribuidora.

Las autoridades del Ejecutivo provincial, en general, se inclinan por mirar el vaso medio lleno y fijan sus ojos en la cordillera a la espera de un invierno copioso en nieve que permita elevar el volumen de agua, aunque no hay aún indicios concretos que señalen que este será un año más nevador, según dijeron desde el Departamento de Hidráulica y que rubricó el climatólogo sanjuanino Germán Poblete: ‘’Los modelos de estudio que hoy están son precarios e incluso se contradicen entre sí. Por eso hay que esperar a mayo para saber bien’’, explicó el profesional.

En rigor, 5 años atrás no estaban ni el dique Los Caracoles y menos aún figuraban en carpeta las plantas solares. Por entonces el plan de generación se sostenía en el dique de Ullum (47 MW); la Central Hidroeléctrica Ullum I y II, conocida como La Olla (43 MW) y Cuesta del Viento (10 MW).

Este escenario -de baja generación- tiene fundamento sólido en que tres de las fuentes más importantes para producir electricidad dependen de un mismo río: el San Juan. Y en ese sentido, el dique Los Caracoles, que es la presa con mayor potencia instalada, está 52 metros abajo de su cota mínima de producción y al menos hasta octubre no hay chances que se enciendan los motores. Mientras que Ullum y La Olla lo hacen casi a un tercio de su capacidad máxima, de acuerdo a que turbinan la poca agua que erogan para riego. Intertanto, se está construyendo el dique Punta Negra, una presa que pretende sumar 70 megavatios de potencia instalada pero que en épocas de sequía tendrá que administrar el agua con Ullum y Los Caracoles.