Buenos Aires, 20 de enero.- Ante la escasez de billetes, el Gobierno estudia cambios en la Casa de Moneda –el organismo que tiene a su cargo la impresión del dinero–, medidas que se darían a conocer la semana próxima, tras el regreso de la presidenta Cristina Fernández de la gira que realiza por Medio Oriente.

La principal modificación sería un recambio en la cúpula de la entidad, que arrancaría con la salida del titular de la Casa de Moneda, Ariel Rebello, un funcionario que en las últimas semanas fue severamente cuestionado filas adentro del kirchnerismo por la falta de reacción para avisar con tiempo sobre los problemas para abastecer de billetes a la economía.

Según pudo confirmar El Cronista, en el Gobierno quieren darle una renovación a este organismo, al cual consideran vetusto y sin los recursos humanos y tecnológicos apropiados. Por eso es que el cambio no sería sólo de nombres sino que estaría acompañado por los anuncios de inversiones para equipar la entidad.

Uno de los nombres que suena para ocupar la titularidad de la Casa de Moneda en lugar de Rebello es el de Katya Daura, quien actualmente se desempeña como Gerenta de Control del Fondo de Garantía de Sustentabilidad (FGS) de ANSeS. Daura está desde la época de Sergio Massa en ANSeS, pero tejió buenos vínculos con el ministro de Economía Amado Boudou durante la gestión de éste al frente del organismo previsional. De hecho, Daura es la esposa del Director General de Administración del Ministerio de Economía, Manuel Somoza.

Otra opción que evalúa por estas horas Boudou, –de quién depende la Casa de Moneda– es darle esa responsabilidad al número dos del organismo, Juan Tristán, un técnico de fluida llegada al jefe del Palacio de Hacienda y oriundo de Mar del Plata, al igual que el ministro.

De concretarse su salida, Rebello –hombre cercano al secretario de Hacienda del Ministerio de Economía, Juan Carlos Pezoa– sería la segunda víctima de la falta de billetes en menos de una semana, tras la remoción del subgerente general de Medios de Pago del Banco Central, Edgardo Fabián Arregui.

Pezoa parecer haber perdido poder en el entorno presidencial desde la muerte de Néstor Kirchner, a quien reportaba directamente y casi a diario sobre la marcha de las cuentas públicas.

Actualmente la Casa de Moneda tiene capacidad para imprimir alrededor de $ 400 millones de billetes al año. Sin embargo, el crecimiento del nivel de actividad y la inflación elevaron la demanda de papeles hasta alrededor de $ 750 millones al año, un monto que el organismo no puede abastecer con maquinas que en muchos casos tienen más de 25 años y han quedado obsoletas.

Este escenario fue el que obligó al Gobierno a importar billetes de Brasil. Ya llegaron unos $ 9.000 millones desde el país vecino, pero no a tiempo para evitar que la escasez de circulante se perciba en la calle. Sobre todo en un periodo estacionalmente alto en la demanda de efectivo, como lo es diciembre y enero, dado el mayor consumo por la fiestas de fin de año y el comienzo de las vacaciones de verano.

En abril vence el contrato que el BCRA –a cargo de Mercedes Marcó del Pont– tiene con la Casa de Moneda. Allí el directorio de la entidad deberá decidir si lo renueva o elige otra alternativa.