Cuando a fines de diciembre la sequía era el tema excluyente en la provincia, el gobierno salió a la palestra y luego de varios reclamos de productores y regantes, puso sobre la mesa una serie de medidas que buscaban paliar la crisis hídrica. Una de ellas, fue la presentación de créditos a "tasa 0" para la colocación de sistemas de riego que optimicen el uso del agua, pero a un mes del anuncio aun no hay postulantes firmes para tomar esos préstamos y sólo se han recibido un "puñado de consultas”, según dijo Marcelo Alós, secretario de Agricultura de la provincia. Además, en la oportunidad se anunciaron otras medidas complementarias, que por ahora tienen escaso nivel de avance. (ver aparte)

En el Gobierno aseguran que "no es para preocuparse” porque dicen que los productores están abocados a la cosecha, aunque por lo bajo un alto funcionario se quejó porque argumenta que luego "del lío que hicieron -por las protestas previas al paquete de medidas-, ahora dejan de lado las herramientas que les proponemos”. Por su parte, los productores reconocen que la línea de crédito "es buena” pero que "todavía no es tiempo” de utilizarla.

Los créditos "oficiales” para ahorrar agua en las fincas, no contemplan intereses y se pueden pagar hasta en 5 años. Se entregan hasta 12 mil pesos por hectárea, con un tope de hasta 100 mil pesos y la mano de obra corre a cuenta del productor. Se calcula que por hectárea el gasto para instalar riego presurizado -según negocios del rubro consultados- alcanza en promedio los 3.000 dólares -unos 12 mil pesos-. Por ejemplo, un viñatero que desea cambiar el riego tradicional por uno mecánico y que tiene 8 hectáreas, debe tomar un crédito por unos 96 mil pesos, lo que demanda pagar 1.600 pesos por mes.

"No tengo dudas que ni bien los agricultores se saquen de encima la cosecha, vamos a tener una buena demanda de estos préstamos que son

de lo mejor que hay en el mercado. Creo que la condiciones que logró el Gobierno son muy atractivas y en estos momentos diría que inéditas en el mercado bancario”, explicó Alós. Si bien históricamente los productores -principalmente los viñateros- se quejaron que son líneas de crédito complejas para que acceda el pequeño agricultor, por lo que intervienen los bancos y no el Estado -el Gobierno subastó entre las entidades crediticias el cupo-, esta vez reconocieron que están a la altura de las circunstancias.

"Los créditos son buenos, no podemos ser necios y desconocer que están al alcance de un abanico más grande de gente, aunque esperamos que los requisitos de la letra chica no nos termine espantando. Entiendo que si todavía los viñateros no se acercaron a asesorarse tiene que ver con que están metidos en las fincas, cuidando todo para la cosecha”, dijo Juan José Ramos, dirigente de la Asociación de Viñateros.

Así las cosas, en el Ministerio de la Producción creen que en abril empezará la gran demanda de estos créditos, lo que en un principio podría ser riesgoso, porque entre que lo apruebe el banco, se entregue el dinero y se lleve a cabo la obra, puede ya estar iniciada la otra temporada, que según se prevé puede ser tan o más seca que la actual.