La negativa del Gobierno a ayudar a levantar las finanzas de Sancor podría empezar a tener las primeras consecuencias en el empleo. Pablo Moyano, secretario adjunto del gremio de Camioneros, advirtió anoche a través de un comunicado que corren riesgo 500 puestos de trabajo del ramo lácteo en su actividad. Ese es el número de trabajadores que reunen cuatro plantas que ayer no tuvieron actividad.

Las plantas de Sancor ubicadas en las localidades de Brinkman, Charlone, Moldes y Centeno (Santa Fe) ayer martes no tuvieron trabajo. Según Nuestro agro -un sitio especializado en lechería-, esas plantas ya están cerradas y ayer sus encargados recibieron la orden de no recibir materia prima.

En el gobierno de Santa Fe siguen la situación con mucha atención y afirmaron anoche que están muy preocupados, pero todavía no recibieron información oficial sobre el cierre de esas plantas. La compañía no respondió las consultas de este diario.

La cooperativa Sancor, que ya estuvo a punto de hundirse antes pero fue salvada por el kirchnerismo que le consiguió un acuerdo para vender leche en polvo a Venezuela, está con problemas para pagar los sueldos de los empleados, mientras que los productores anotan retrasos de hasta 180 días para cobrar por la materia prima entregada.

En las cuatro plantas en cuestión no se elabora leche fluida, sino que se realizan otros productos lácteos. Las plantas de otras empresas de la zona cercana a Rafaela (como Williner y Saputo) están trabajando con los tamberos que SanCor está abandonando.

Los directivos de Sancor mantuvieron reuniones con el presidente Mauricio Macri, donde pidieron asistencia por $ 4.000 millones. El Gobierno les contestó que ya le habían prestado $ 250 millones y que ese dinero no logró una mejora en el funcionamiento de la firma.