La producción de tomate desecado sanjuanino -un sector que surgió hace apenas unos 10 años, y que venía en ascenso- esta temporada enfrenta uno de sus años más difíciles en su corta vida: por culpa de las lluvias, el calor y el granizo cayó la producción más del 40% promedio respecto al 2012 en los secaderos locales. Además, por el atraso cambiario del peso frente al dólar esta campaña prácticamente quedará fuera de los mercados internacionales porque la mayoría de las empresas manifestaron que dejarán de exportar, según surgió de un relevamiento en las empresas del sector.

”Este año el clima nos jugó en contra y la producción es mucho menor”, dijo Ana María Esteybar, del emprendimiento Sol de los Andes. ”En una plantación nos cayó piedra, además nos afectó el viento Zonda del 24 de diciembre y luego, cuando el tomate estaba tendido al Sol vinieron 4 días de lluvias. Calculo que el porcentaje de pérdidas es del 45 por ciento”, agregó. Esta firma que se posicionó en los últimos años como exportadora a Brasil, esta vez colgó los guantes y apostará al mercado interno. ”Hay una falta de competitividad total en el sector. Está ingresando a Brasil tomate desecado de China a 3,90 dólares la caja, y el de Turquía a 4,50, cuando nosotros el año pasado vendimos a 7 dólares. Es imposible competir, lo mandaremos a mercado interno” dijo Esteybar quien agregó que el año pasado a esta altura del mes ya había exportado todo a Brasil.

”Coincido, el precio del tomate actualmente con el valor que tiene el dólar aquí no compensa, no lo podemos trasladar”, dijo

Gabriel Verniere, de la firma Gregorio Moya. En esta empresa que compra gran parte de su producción a terceros, dijeron que esta campaña redujeron un 70% la producción de tomate desecado respecto al 2012. ”El tomate desecado tuvo su auge hace unos años porque había buenos precios y rentabilidad, pero el crecimiento vertiginoso que venía trayendo se ha detenido. No puedo decir que vaya a desaparecer, pero es un momento difícil. Aún no decidimos si se exportará”, añadió Verniere.

”Las empresas dejan de exportar porque les sale mejor vender en Buenos Aires que vender afuera”, opinó Alejandro Acosta, asesor de Prune, otra de las principales firmas. ”Pero es un mercado que hay que seguirlo fomentando a pesar de su altas y bajas. San Juan tiene la virtud del Sol, aquí se seca el tomate en 2 o 3 días, hay secaderos en Mendoza o La Rioja y no les va bien. Además es cierto que cayó la exportación, pero se ha fortalecido el mercado interno”, agregó el ingeniero agrónomo. En ese sentido, Esteybar dijo que ”el mercado interno, se defiende; pero este año vamos a tener que resignar rentabilidad. Y lo que no se vende lo convertimos en polvo de tomate, con el que estamos llegando a las grandes especieras alimentarias, pero los precios son al por mayor y hay que acomodarlos bastante”, se lamentó.