“Pasamos muchas horas acá, pero nos gusta, porque no sólo trabajamos sino que nos divertimos y aprendemos”, eso es lo que sostienen los obreros que realizan las diferentes tareas para que la provincia haya cumplido el sueño de tener tres diques constituidos. Es que en una obra de gran magnitud no hay esfuerzo que sea mínimo, ni sencillo y es por esto que es tan importante tanto la primera persona de la cadena, que firma un convenio y da inicio a la construcción, como quien coloca el último gramo de cemento sobre el paredón que contendrá el agua.
Entre esos trabajadores se encuentran quienes ultimaron los detalles para que ayer se pudiera cerrar la compuerta que anunció la Presidenta y se lograra el llenado simbólico del embalse Punta Negra. Ellos son Cristian Gómez, Juan González, Alejandro Molina y Jorge Carrizo, que se enfocaron en la construcción del descargador de fondo junto a sus compañeros Mauro Sarmiento y Miguel Molina, quienes nombraron como referentes, “porque ellos son los capataces y gracias a ellos que tienen más conocimientos técnicos nosotros podemos hacer todo”, confesó.
Otro que quedará en la historia de los diques es Edgardo Manrique, un rivadaviense que maneja junto a Luis Montaña el camión articulado para realizar el relleno del paredón. Así es como estuvo al mando no sólo de la última camionada de Punta Negra, sino también de Caracoles, “me gusta que hagan este tipo de inauguración porque se muestra el trabajo que uno hace y se valora”, expresó contento Manrique. Sin embargo, no es el único que participó en el desarrollo de ambos diques, también es el caso Marcelo Jofré, Ernesto Gutiérrez y Gustavo Sánchez, quienes operaron las grúas de las obras. Ahora todos esperan el llamado para ser parte de El Tambolar.

