El optimismo que se había anticipado ayer en los mercados se plasma hoy nuevamente en las acciones de las empresas argentinas que cotizan en Wall Street y en los bonos soberanos en dólares, luego de que el Gobierno confirmara a la madrugada el acuerdo alcanzado con los principales acreedores por la deuda y se abriera la salida del default.

A pocos minutos de iniciada la rueda, las acciones argentinas que cotizan en Wall Street subían hasta 12,2%. Las que más avanzaban eran las de Banco Macro (12,2%) y Supervielle (12%). En el premarket, las negociaciones previas a que abra el mercado, los bancos lideraban un avance de hasta un 17%.

A las 10.38 en la Argentina (9.38 en Nueva York), solamente perdía la acción de Mercado Libre (1,08%).

Ayer, las acciones comenzaron la rueda a la baja, pero, a medida que los rumores de un acuerdo con los acreedores se hacían cada vez más fuertes, comenzaron a avanzar y terminaron la jornada con subas de hasta un 13%.

La euforia de los mercados se traduce asimismo en los bonos soberanos en dólares que subían hasta 8%. Ayer habían revertido una caída de hasta un 3% para cerrar con subas hasta 4,5%. Mientras tanto, el riesgo país se mantenía estable en los 2119 puntos básicos.

El acuerdo, forjado durante el fin de semana, se terminó de pulir anoche y fue confirmado en la madrugada a través de un comunicado del Ministerio de Economía con detalles del arreglo entre el Gobierno y los tres principales grupos de acreedores que negociaron con Martín Guzmán: el Grupo Ad Hoc -integrado por BlackRock, Fidelity y Ashmore, entre otro fondos-; el Grupo Exchange -Monarch-, y el Comité de Acreedores de la Argentina.

Con el apoyo de esos grupos, el Gobierno tendría asegurado el respaldo necesario para avanzar con la reestructuración de los bonos que operan bajo la legislación de Nueva York sin correr el riesgo a enfrentar litigios.

El acuerdo ofreció tres novedades centrales. El Gobierno aceptó adelantar las fechas de pago de los nuevos bonos al 9 de enero y el 9 de julio de cada año, en lugar del 4 de marzo y el 4 de septiembre como estipulaba la propuesta original, y también corrió el vencimiento de los bonos que serán emitidos para cubrir los intereses devengados en estos meses. Esto permitió mejorar el valor de la oferta, sin que la Argentina deba pagar más. Los acreedores cedieron también al resignar el cobro de los gastos de la reestructuración, que estarán "exclusivamente cubiertos por los tenedores de bonos".Y, finalmente, el Gobierno aceptó ajustar las cláusulas de acción colectiva, o "CAC", un tema espinosos que en las últimas semanas había saltado al centro de la negociación.