Las frazadas colgadas en las sogas o los alambrados, los colchones escurriéndose sobre algunas sillas y el barro por doquier fueron las postales más comunes ayer en muchas zonas de San Juan. Es que a pesar de que en la mayoría de los departamentos la lluvia no fue intensa, sí fue persistente y causó numerosos daños. Por esto, unas 102 personas debieron ser evacuadas en los departamentos de Ullum, Zonda, Iglesia y Jáchal, que a la vez fueron los más afectados.

“Estábamos durmiendo y de repente un chorro de agua comenzó a entrar por un hueco de la pared. No pudimos salvar nada porque además de esa agua, el techo filtraba por todos lados. Los colchones, las frazadas y hasta la ropa quedó empapada”, dijo Carmen Estrella. La mujer fue evacuada de su casa en Villa El Chilote, en Ullum, junto a sus hijos y nietos. Además en ese departamento hubo otra familia que también debió dejar su vivienda del barrio 25 de Mayo. Según los últimos datos que manejaban anoche en el municipio, eran alrededor de 30 personas las evacuadas. Casi todas fueron trasladadas a la escuela Emilia de Láinez, de Villa Ibáñez.

Casi en simultáneo, en Zonda hubo varias familias que pasaron por la misma situación. “Evacuaron 4 familias al CIC del Barrio Obrero Municipal. Dos son de la Villa La Esperanza, una de ellas es de apellido Tello (8 personas) y otra es Gómez (6 integrantes), y las otras dos son de la zona de las Sierras Azules (son 7 personas)”, dijo Daniel Tripolone, de Emergencia Social provincial. Sin embargo, en la tarde de ayer, de esas 21 personas sólo 5 permanecían en el CIC, ya que el resto quiso regresar a sus casas para cuidar las pocas cosas que les habían quedado. Jáchal e Iglesia también tuvieron evacuados. Desde Jáchal, dijeron que 11 personas, 4 de una familia y 7 de otra, dejaron sus viviendas por miedo al derrumbe y fueron albergadas en el CIC de Villa Mercedes y en la localidad de Tambería. Mientras que desde Iglesia, Federico Lega, secretario de Desarrollo Social, dijo que hubo unas 40 personas autoevacuadas (unas 6 familias en Rodeo y 4 en otras localidades). “Se fueron a la casa de algunos parientes porque las suyas estaban en muy malas condiciones”, dijo.

Sumado a esto el resto de las municipalidades también debieron socorrer a los vecinos. Es que la mayoría de las casas precarias de la provincia sufrió algún tipo de filtración. Por eso los baldes en las habitaciones y las palas levantando barro para rellenar los techos fueron otras de las imágenes comunes de la jornada de ayer. Y fue también por esta situación que el nailon y los palos fueron los más buscados por las familias humildes de San Juan. “25 de Mayo fue otro de los departamentos donde debería haber evacuados”, dijo Tripolone, pero aseguró que la gente se negó a abandonar sus viviendas, a pesar del riesgo que significaba. Es que en estas casas, sus propietarios temían que entraran y les robaran sus cosas. Esto se repitió en Rawson y Pocito, entre otros lugares. En el Médano de Oro, en la Villa Cristo Pobre y la Línea, las viviendas estaban apuntaladas, mientras que en la Villa Mosconi, Pocito, las familias cortaron el tránsito porque varias personas habían perdido por completo los ranchos de adobe. Y mientras el panorama era negro en muchas partes de San Juan, el pronóstico parecía no dar tregua: las lluvias siguen pronosticadas hasta esta noche.