El empleo del estudio de ADN hoy es muy necesario en el ámbito de la ciencia. En el mundo hay un millar de vides con sus variedades y clones. Durante siglos el hombre trato de clasificarlas de distintos modos y así nació la Ampelografía, que a través del estudio de las formas, tamaño y color de racimos, bayas, hojas, brotes y sarmientos determinaban las variedades más importantes. Desde 1850 en adelante surgen en Europa destacados ampelógrafos como Vialá, Truel, Piere Galet, y en Argentina como Alcalde y Vega entre otros, que realizaron importantes aportes reclasificando un nombre de una variedad reconocida en una región por su nombre verdadero o poniendo luz en otras presentadas como diferentes cuando en realidad era la misma. No obstante al arduo y prolijo trabajo nunca la ampelografía fue exacta, ya que había una componente subjetividad de parte del investigador.

Un aporte interesante lo ha dado la investigadora argentina, Cecilia Agüero, agrónoma que en Estados Unidos quien realizó importantes estudios de ADN y determinó que efectivamente los tres Torrontés cultivados en nuestro país son efectivamente tres variedades diferentes y no sinónimos: Torrontés Riojano, Torrontés Sanjuanino y Torrontés Mendocino. Incluso determinó que nada tienen que ver con el Torrontés español y que sus padres son el Moscatel y la uva Criolla. Con el aporte de las investigaciones de ADN la Argentina podrá reclasificar su material y poder tener su propio banco de germoplasma, material indispensable para la obtención de cruzamientos y nuevas variedades.

INNOVACIÓN TECNOLÓGICA

En la Sede Central del Instituto Nacional de Vitivinicultura, siguiendo la ejecución del Proyecto de Modernización Técnico Operativa, que cuenta con la asistencia del Programa de Servicios Agrícolas Provinciales, se pusieron en funcionamiento la pasada semana los laboratorios de Biología Molecular y Aromas, que estarán a cargo del Departamento de Normas Analíticas Especiales. La inversión total superará los tres millones doscientos mil pesos.

Durante el encuentro se destacó el aporte del laboratorio de Biología Molecular a la infraestructura existente, ya que permitirá la identificación varietal en vid, que hasta el momento no era posible. Esto significa que el a partir de ahora, el INV podrá determinar analíticamente el origen de un vino a nivel molecular, desde la planta hasta el producto elaborado. Inicialmente se va a trabajar con la vid y en un futuro se analizarán vinos, ya que es necesario conocer el ADN de las variedades en las plantas para luego identificarlo en los vinos. En cuanto al equipamiento, considerado de tecnología de avanzada a nivel mundial, el laboratorio cuenta con un UHPLC, autoclave, baño maría y centrífuga de alta velocidad.

En un futuro inmediato, se sumarán un Termociclador, PCR en Tiempo Real, Sistemas de Electroforesis con Microchip y Sistemas de Electroforesis Capilar. El laboratorio de Aromas permitirá la diferenciación varietal mediante el perfil aromático. Esto es posible por el uso del cromatógrafo gaseoso con detector FID.