Muchas de las grandes empresas comenzaron en rinconcitos de una casa, en un garaje o en el patio. Con la idea en mente de que no importa qué tan chico sea el lugar sino lo grande que es el empuje, empezaron hace unos 11 meses Mauro Magallanes -33 años, técnico mecánico- y Arnaldo Moráles -34 años, estudiante de Ingeniería en Alimentos- en su proyecto de crear una Pyme que elabore alimentos a base de aceitunas, al que denominaron ‘Industrias A & M’. El emprendimiento tiene su ‘’búnker’’ en una pieza prestada, donde se encargan de hacer la producción, envasarla y luego venderla.

‘’Ambos teníamos un conocimiento previo y nos lanzamos a trabajar, porque sabíamos cómo era el manejo y conocemos que tienen mucha salida. Nos ocupamos rigurosamente de cumplir con todas las normas de higiene y seguridad’’, explicó Mauro.

Además de aceitunas en conserva, estos jóvenes emprendedores han incursionado en la pasta de aceitunas condimentada, un alimento muy demandado para la preparación de sandwichs.

No cuentan con muchos elementos: poseen varios bidones y envases, mientras que el único ‘’toque industrial’’ es el quemado de las aceitunas con soda cáustica. ‘’Por ahora trabajamos en una pieza que nos han prestado, bien chiquita y nos falta maquinaria’’, apuntó Mauro. Todo lo que venden lo distribuyen en un puñado de negocios que le abrieron las puertas a sus productos, y gracias a ello han podido comercializar -en promedio- unos 200 kilos de aceituna por semana.