La prensa europea ha denunciado en estos días de julio al fraude de botellas de vino rosado vendido en Francia como vino de ese país pero que en realidad ha sido comprado a España. En claro: vino español pasado como francés. En Francia el consumo de vino rosado ha estado muy de moda y en este verano había estimaciones de que podría producirse una crisis de abastecimiento.

Se trata de un fraude de alrededor de 10 millones de botellas de vino que la prensa señala hasta tres veces más caro. La investigación surgió del propio gobierno de Macron que descubrió que millones de botellas de vino rosado de origen español fueron vendidas en Francia como vino francés con etiquetado confuso o falso en los años 2016 y 2017.

El diario Le Parisien publicó que, según la "Dirección General de la Competencia, del Consumo y la Represión de Fraudes", las botellas de vino rosado español habrían sido "maquilladas" para ser vendidas en Francia como vino rosado francés. La estafa es de 7 millones de litros de vino y en el que están implicados varios comercios. Se emplearon etiquetas confusas y ambiguas y se habría violado, entre otros, el sistema de denominación de protección del origen del vino.

Sin embargo, el gran fraude del vino francés destapado la pasada semana podría ser sólo la punta de un iceberg de consecuencias inesperadas. Es que surgió a la luz una grave denuncia de un importante bodeguero español, José García Carrión, quien estima que Francia embotella 400 millones de litros de vino español como francés. Según publica Rafael Méndez en el confidencial.es, José García Carrión y su mujer, Rafaela Corujo, son presidente y vicepresidenta de J. García Carrión, la mayor bodega de España con 930 millones de facturación el año pasado y conocida por el vino Don Simón, y han recibido con enorme alegría el anuncio del Gobierno francés de que empieza a poner coto al vino español embotellado como si fuera francés. Estos empresarios sostienen que fueron ellos los que dieron el aviso del fraude masivo hace dos años porque sufrían la competencia desleal.

"No son 700.000 litros falsificados. España exporta 500 millones de litros a granel a Francia y estimo que el 80% acaba camuflado como francés. Es un mercado oscuro". García Carrión explica que "en el año 2000, España vendía 100 millones de litros de vino a granel a Francia. En los últimos años, estamos en una media de 500 millones de litros a granel sólo a Francia. La mayoría sale de La Mancha y Extremadura. Al mundo vendemos 1.200 millones de litros. Ha crecido muchísimo, ante el silencio de todo el mundo". "De estos 500 millones, yo estimo que el 80% pierde el origen español y se camufla como francés. Hay marchantes que embotellan en Burdeos, por ejemplo, y pone "Embotellado en Burdeos". No es Denominación de Origen pero tampoco pone que sea español. Y cuando eso llega al supermercado o China, parece vino francés". "Hace dos años", añade, "denunciamos esto en el ministerio y las primeras actuaciones arrancan a raíz de nuestra denuncia. Francia lo recibió muy bien porque era para defender a sus agricultores".

El trasiego de vino en camiones cisterna pasa a engrosar lo que García Carrión define como "un mercado oscuro" que podría acabar recordando a lo sucedido en su momento con el aceite de oliva. "España exportaba a Italia, allí se embotellaba y lo vendían al doble de precio.

A la vez, esta exportación masiva hace que en España falte vino. "Los agricultores franceses tienen problemas porque se les queda el vino en las cooperativas. Y a nosotros los años de escasez de vino, como éste, nos falta vino. Sale el vino de España y, como falta, tenemos que subir un 30% el precio del vino de mesa. En España, el primer viñedo del mundo, nos falta vino y a veces tenemos que traer vino a granel de Chile. No tiene sentido", detalla García Carrión. Parte de la culpa la tiene, según ellos, la normativa europea de etiquetado, que califican de muy laxa. "Cuando compro vino en Chile para mandarlo a Brasil, me obligan a etiquetar que es vino de Chile, y eso es lo normal. Pero en Europa la normativa es muy laxa. Francia e Italia lograron que se pueda poner que es vino procedente de varios países. Y ahora se ven los efectos", explica Corujo. Aunque un portavoz de la autoridad francesa encargada de la investigación señala que el caso afecta de momento a intermediarios y bodegas francesas, el caso lleva meses generando sacudidas en España. El pasado mayo, García Carrión abandonó la Federación Española del Vino, la patronal que agrupa a más de 600 bodegas. Este tipo de fraudes en Francia conllevan sanciones de hasta dos años de prisión y multas que pueden alcanzar los 300.000 euros. Las tensiones entre los viticultores a ambos lados de los Pirineos han crecido en los últimos años.