En las mesas del vino, asoma un aliciente para el ánimo de productores y elaboradores, que contrasta con los rastros que dejaron las heladas tardías. Es que, según los datos oficiales del INV, diciembre consolidó la mejora en los despachos al consumo, que ya se había insinuado en noviembre. El mes de las campanadas de fin de año mostró un 3 % de aumento en los despachos totales, confirmando lo de noviembre, que había sido un 7 % más. En concreto, dicen los que conocen el oficio, "esto conforma ya una tendencia que revierte la baja que venía produciéndose durante el primer semestre del 2010". Y no es todo: los números reflejan un dato inesperado, porque evidencian la clara recuperación de los vinos blancos, que superaron en el saldo anual a sus parientes, los rosados y los tintos. Según los datos oficiales, al cabo del año, los blancos totales mejoraron un 2 % respecto al año anterior, mientras que los rosados bajaron un 13 % y los tintos -los reyes de la estadística de consumo, en realidad- también apuntaron para abajo en el consumo total con un 11 % menos.
Y no son datos menores. Primero porque indican que el consumo general del vino vuelve a una evolución positiva, lentamente. En segundo lugar porque marca el retorno de los blancos a las preferencias. Empieza a revertir de esta manera la historia de los últimos años en los que su presencia en el mercado se redujo notablemente, provocando un sobre stock y una consecuente caída en los precios. Finalmente, la relación calidad-precio-promoción hizo que sobre fin de año reaparecieran los blancos en la escena consumidora. Para los tintos el año 2010 significó números de merma en el consumo total (-8 %), básicamente por problemas de abastecimiento y sobre todo de precios en góndola.
Mendoza, menos tintas
El INV hizo su evaluación provisoria de fin de año respecto de la próxima cosecha y en sus cálculos se evidenciaron las diferencias regionales: Mientras en Mendoza la recolección podría ser un 1,7 % más que el año pasado, en San Juan la mejora podría superar el 17 % (a nivel país la cosecha podría ser de un 6 % más que la del 2010). Esto implica algo más de 2.700 millones de kilos, aproximadamente (unos 1.850 en Mendoza y 770 millones en San Juan). No obstante, se informó, el "exceso de estrés hídrico" que venía sufriendo la viña por la falta de agua, tuvo un notorio alivio con las lluvias de fin de año y los primeros días de enero. Consecuencia: mejoran las perspectivas de calidad de la cosecha.
Definida ya la política de los gobiernos vitivinícolas y de la mesa de la Coviar (fijaron un 30 % de cupo obligatorio para promover una gran producción de mosto) ahora, mientras se espera la cosecha, las cámaras de la producción y de la industria discuten algunas reglas de juego para la temporada. Es que Bodegas de Argentina y la Unión Vitivinícola de Mendoza y la Cámara de Bodegueros de San Juan presionan al INV formalmente, para que le baje el tono a la exigencia de intensidad de color en los vinos que se venderán como "Tintos". Los directivos de Bodegas de Argentina, en un tácito acuerdo con la Unión Vitivinícola de Mendoza y la Cámara de Bodegueros de San Juan, han pedido por nota formal al Instituto, que se reviertan las 500 unidades mínimas y que, por lo menos, se retornara a las anteriores 400 o 450 con 10 % de tolerancia.