Los 54,4 milímetros de agua precipitados en la provincia en enero, el tercero más lluvioso desde que se tenga registros en la provincia y sólo superados por los 55 milímetros del "91 y los 59 milímetros del "77 -el INTA tiene datos desde 1968-, fueron muy dañinos para los cultivos pero la peor parte se la llevaron, sin lugar a dudas, las vides, que ya acusan la aparición de tres enfermedades muy dañinas: Peronóspora, Oidium y Podredumbre o Brotitis (ver aparte detalles de las pestes). En viñedos de Angaco, Albardón y San Martín -no precisaron cuánto es la superficie afectada-, tres departamentos donde dos de las tres mangas de piedra y lluvias hizo más daño en la temporada, el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) detectó serios daños en los parrales. En la Secretearía de Agricultura provincial todavía no hay denuncias formales de parte de los viñateros.

En el campaña 2008-2009 se habían visto por última vez estos hongos generados por la humedad, pero no tan fuertes como los de este año. Creen que al final de la vendimia puede decantar en mermas en la producción, aunque aclararon que dependerá de que cada productor combata con agroquímicos el avance de las enfermedades.

"Estábamos atentos a lo que pudiera ocurrir luego de las lluvias y finalmente encontramos los focos que tanto nos temíamos. Nos preocupa en la medida que no se actúe en consecuencia, porque estas enfermedades impactan en el rendimiento para el año siguiente, porque la planta no puede acumular sustancias de reservas pos cosecha. Además, la cosecha se retrasa porque al no tener hojas no se producen los azúcares necesarios para alcanzar los Brixs -es el valor que da la madurez del fruto- requeridos para la vendimia", explicó Juan Manuel Raigón, desde la sede del INTA en Pocito. El funcionario agregó que "es probable una mayor presencia de estas enfermedades en viñedos afectados por granizo, especialmente el complejo de hongos que producen la podredumbre de los racimos".

Además de la lluvia, inciden en menor grado otros factores, como el vigor del cultivo (sombreamiento); nivel de malezas en el lote, que genera mayor nivel de Humedad Relativa en el cultivo y riegos por inundación. Las tres pestes que ya aparecieron no se encuentran, es decir, en una finca sólo hay franjas o parrales aislados con síntomas de estos hongos, circunstancia que obliga a los productores y técnicos a recorrer la viña "de punta a punta" para corroborar si está presente o no la peste.

Combatir, pero con precaución

Un aspecto que resulta clave, es la remediación de la presencia de la enfermedad en la planta con químicos tales como oxicloruro de cobre o azufre mojable, en donde su eficacia está ligada directamente a la forma de aplicación. Los fungicidas suelen provocar inconvenientes si son usados en forma excesiva o en tiempos muy cercanos al momento de la cosecha, generando olores que suelen ser indeseables por las bodegas, porque perjudican la calidad del jugo de uva que se elabora.

"Los tratamientos deben hacerse de manera correcta y oportuna, pero para ello sólo hay que asesorarse, acá cualquier improvisación puede traer luego problemas", dijo Raigón.