Desde la medianoche y con asambleas, concentraciones y maquinaria al costado de las rutas más neurálgicas de unas diez provincias, el agro nacional comenzó la nueva protesta contra lo que considera "la indiferencia oficial" y la falta de políticas estructurales que el sector reclama desde hace casi dos años.
El impacto más fuerte ya lo recibieron las plazas granarias, donde la inactividad fue total y sólo operaron los mercados electrónicos, sin referentes en los recintos de ninguna de las Bolsas de Cereales ni Mercados a Término del país.
En Liniers, en tanto, el termómetro comenzará a funcionar desde el lunes, ya que se esperan ingresos magros de vacunos, debido a que ayer el ente operó con normalidad pues las haciendas rematadas ingresaron hasta el jueves a las 22.
Este nuevo plan de lucha sectorial contra la política oficial para el campo, se cumplió con alto grado de acatamiento en las principales regiones productivas del país, donde se realizaron decenas de asambleas con epicentro en el ámbito bonaerense, aunque la paralización también resintió con fuerza las actividades en Córdoba, Santa Fe, Mendoza, Entre Ríos y La Pampa.
Centenares de productores se apostaron a la vera de las rutas, donde realizaron asambleas deliberativas y no se descarta que en Buenos Aires, por lo menos, se defina una extensión de la protesta rural.
A lo largo del día no se registraron cortes de rutas, pero se intensificaron los controles de cargas que circulaban rumbo a centros de comercialización, aunque algunos dirigentes emblemáticos, como Alfredo de Angeli, advirtieron que si desde el Gobierno alguien sale a cuestionar esta protesta "legítima", los chacareros "se volcarán inmediatamente a las rutas". Algunos chacareros pedían que la protesta se extienda, por lo menos hasta el 8 de setiembre.

