Será otra año de sequía en San Juan. Es que, a la espera del pronóstico oficial que difunda este mes el Gobierno provincial, la poca nieve acumulada en cordillera y un desalentador estudio de la Universidad Nacional de San Juan (ver aparte), empezaron a poner blanco sobre negro. La provincia viene atravesando un periodo seco, pero la temporada 2025-2026 será todavía peor.

La buena, es que los tres diques que están sobre el río San Juan acumulan a esta altura del año, cuando comienza a escalar la demanda, bastante más agua que el mismo mes del año pasado. En otras palabras, lo que no venga por el cauce natural saldrá de los embalses. ¿Cómo y cuánto se distribuirá? Eso lo discutirá Hidráulica con los productores agrícolas, el sector que más demanda, charlas que -seguramente- serán encendidas como históricamente ocurrieron.

En el caso del dique más viejo, Quebrada de Ullum, arrancó octubre con casi 764 metros sobre el nivel del mar (msnm), cuando un año atrás tenía 749,8. Por ser la presa que está aguas abajo, es por donde se eroga lo que luego se distribuye en los canales.

Punta Negra también tiene más agua y lo puede notar cualquiera que se acerque a algunos de los paradores del perilago y observe que el agua le ganó terreno a la playa. En rigor, en los últimos 12 meses pasó de 920,2 a 928,7 msnm. Incluso obligó a que los concesionarios deban mover algunas infraestructuras para que no queden sumergidas.

Por último, Los Caracoles, la presa a la que los sanjuaninos no tienen acceso libre pero que por ejemplo es clave para la generación de electricidad (tiene la mayor potencia instalada, 120MW), también mostró un leve repunte: de 1.080 a 1.085 msnm. Igual, es la que peor está, aunque cumple con los niveles mínimos de seguridad.

Así y todo, los tres embalses que acumulan el agua que viene por el cauce del río San Juan están lejos de sus cotas máximas (ver infografía), aquellas que sólo han llegado cuando el caudal permitió equilibrar la ecuación entre entregar un buen volumen para riego y, a la vez, acumular agua.

Así las cosas, cuando se conozca el pronóstico oficial restará develar el plan del Gobierno. Lo que se sabe por ahora es que será una distribución austera. Inclusive no son pocos los que hoy reconocen que el ajustado volumen que se entregó la temporada anterior, sumado a un buen número de días de corta en el invierno, fue determinante para que los diques hoy gocen de buena salud, plan que en su momento acarreó muchas críticas.

Eso sí, los hombres de campo buscarán como cada año el mayor coeficiente posible para sus canales ya que es clave para engordar sus cultivos, mucho más sabiendo que el costo de encender un pozo de agua es casi prohibitivo para los bolsillos alicaídos de buena parte de los viñateros y chacareros locales, acorralados por un escenario económico sumamente crítico.

¿Y la generación?

Como en cada periodo de sequía extrema, el objetivo de las autoridades pasa por administrar el recurso lo mejor posible y, en segundo plano, generar energía. No necesariamente San Juan depende de lo que genera para cumplir su demanda (en sus diferentes fuentes, hidroeléctrica, solar, etc), sino que al estar dentro del Sistema Interconectado Nacional tiene garantizado el suministro. De todos modos, es un ejercicio que cada presa debe experimentar para mantener sus equipos.

Cuesta del Viento
El dique ubicado en el norte provincial también muestra un mejor nivel que igual mes del 2024. Este embalse se nutre del río Jáchal, y creció en un año de 1.521,9 a 1.525,6 msnm. Este dique, además de ser importante para el riego de la zona, es de gran atractivo turístico.

Según la UNSJ, se agrava la situación
El director del Programa Gestión Integral de Cuencas Hidrográficas, Ingeniería Hidráulica y Ambiental, de la Facultad de Ingeniería de la UNSJ, Oscar Dölling, dio a conocer esta última semana el pronóstico de escurrimiento del Río San Juan para el ciclo hidrológico que empieza en este octubre. La sequía en la provincia sigue presente e incluso se agrava.

“Se espera para el ciclo hidrológico octubre 2025 – septiembre 2026 un escurrimiento total anual de 773 Hectómetros cúbicos (Hm3) como valor más probable, 853 Hm3 como valor máximo probable y un escurrimiento anual de 692 Hm3 como valor mínimo probable”, estableció en su informe Dölling. Si se tiene en cuenta que en el anterior ciclo el escurrimiento fue de 1.250 Hm3, significa que habrá un 38 por ciento menos agua que el año pasado.