Mientras la inflación se desacelera y los salarios muestran señales de recuperación, los productores agroalimentarios enfrentan un escenario cada vez más desafiante. Según el último informe de la Confederación Intercooperativa Agropecuaria (), el poder de compra del salario promedio mejoró de forma significativa frente a alimentos esenciales como el aceite, la yerba, la leche, el pan, los huevos y el asado.

El informe, titulado “Del Sueldo al Plato: ¿Cuánto rinde el salario?”, analiza la evolución del salario medido a través del RIPTE (Remuneración Imponible Promedio de los Trabajadores Estables). Entre marzo de 2024 y mayo de 2025, el ingreso promedio pasó de $1.148.192 a $1.428.661, con una mejora interanual del 62,4%. La inflación en el mismo período fue del 39,4%, lo que implica una recuperación real del 13% y un avance acumulado del 24,4% desde el piso de marzo de 2024.

Este repunte permitió que los consumidores accedieran a una mayor cantidad de alimentos con el mismo salario. En ese lapso, se incrementó notablemente la capacidad de compra de productos básicos como leche, yerba mate, pan, huevos y carne. En términos concretos, se pasó de comprar 583 a 925 sachets de leche, de 356 a 642 paquetes de yerba, y de 111 a 130 kilos de asado, por citar algunos ejemplos.

¿Cuánto rinde el salario cuando solo se trata de comida?
En el caso del aceite de girasol, el poder adquisitivo del salario aumentó un 44%, lo que permitió adquirir 105 botellas de 1,5 litros adicionales. En marzo de 2024, el salario alcanzaba para 237 botellas, mientras que en mayo de 2025 se incrementó a 342 botellas.

Respecto a la yerba mate, la mejora fue aún más significativa, con un 80% de aumento en el poder de compra. Esto equivale a 285 kilogramos adicionales, al pasar de 356 paquetes de medio kilo a 642 paquetes en el mismo período.

En el caso de la leche, el incremento fue del 59%, lo que se traduce en 342 sachet de un litro adicionales. En marzo de 2024, el salario permitía comprar 583 sachets, mientras que un año después la cantidad alcanzada ascendió a 925 sachets.

Para el asado, el poder de compra creció un 17%, lo que habilitó la compra de 19 kilogramos más. De 111 kilos posibles en marzo de 2024, se pasó a 130 kilos en mayo de este año.

En cuanto al huevo, el salario permitió comprar un 21% más, lo que representa 62 docenas adicionales. En marzo de 2024, se podían adquirir 293 medias docenas, y en mayo de 2025, 356.

Finalmente, el pan mostró una mejora del 28% en términos de poder adquisitivo, con 90 kilogramos más disponibles. El salario pasó de alcanzar 319 kilos en marzo de 2024 a 409 kilos un año después.

CONINAGRO alerta sobre precios atrasados
Sin embargo, esta mejora en el poder adquisitivo no se traduce automáticamente en beneficios para el sector agroalimentario. Desde CONINAGRO advierten que los productores enfrentan precios atrasados que no logran acompañar la suba de sus costos, afectando seriamente su rentabilidad.

El caso de la yerba mate es el más elocuente. Mientras el salario permite comprar un 80% más de paquetes que hace un año, el valor real del producto cayó un 27,3%. Algo similar ocurre con otras producciones regionales: en los últimos doce meses, la cebolla y el tomate perdieron el 55% de su valor real, y el arroz cayó un 43,4%.

La mejora salarial todavía no alcanza a equilibrar la situación de quienes producen los alimentos. Aunque el escenario inflacionario parece estabilizarse —con dos meses consecutivos por debajo del 2% según el INDEC—, la cadena agroalimentaria sigue mostrando tensiones profundas.

Para CONINAGRO, la clave estará en lo que ocurra con la demanda en los próximos meses. «Si la recuperación salarial se consolida, podría haber un repunte del consumo interno que ayude a reactivar las economías regionales», dijeron. Por ahora, sin embargo, el alivio llegó primero a las góndolas que al campo.