En momentos en que el mundo observa el mayor despliegue masivo de fuerzas militares desde el fin de la Guerra Fría, la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) ha sumado a Montenegro dentro de su estrategia para frenar el poderío de Rusia. El controvertido ingreso del pequeño estado balcánico como avanzada occidental en un territorio dominado por Moscú, tiene pleno rechazo local y, obviamente, del Gobierno ruso.
El Parlamento de Montenegro aprobó el pasado 28 de abril la adhesión del país como el socio número 29 de la OTAN, en medio de protestas callejeras y de buena parte de la oposición, que exigen un referéndum para ratificar este paso considerado conflictivo.

La otra parte en discordia, Rusia, ha comunicado que tomará las medidas necesarias para garantizar su seguridad nacional y defenderse de lo que considera una provocación externa. Se refería, entre líneas, a la tensión generada tiempo atrás por el bloque atlántico que calificaba de "amenaza'' rusa al inusitado despliegue militar fronterizo y la intervención en Siria y otros conflictos internacionales.

La Alianza Atlántica sólo tuvo un silencio operativo hasta la asunción de Donald Trump en Estados Unidos, ante las críticas de campaña a la OTAN, calificándola de inútil, ineficiente y obsoleta. Ya en la Casa Blanca, el polémico presidente giró sobre sus palabras y ahora respalda al bloque plenamente. 

Finalmente el ingreso de Montenegro se concretará el 5 de junio venidero y será la primera ampliación de la OTAN desde 2009, cuando entraron Croacia y Albania, dos de sus vecinos. En tanto, se espera que en los próximos días España concluya el proceso de ratificación de la entrada en la Alianza, único miembro europeo sin adherirse.

Las críticas de la ciudadanía y de la oposición al primer ministro montenegrino, Dusko Markovic, se basan en la carta constitucional que exige la aprobación de la representatividad de los 625.000 habitantes de Montenegro, mediante una consulta popular para aprobar o no una decisión política tan trascendente. La realidad muestra ahora otra formalidad en el plano mundial y llena de tensiones.