El hecho de que EE.UU. concentre este año el 26,3% del producto interno bruto mundial, refleja la relevancia económica norteamericana que coloca a este país nuevamente como la primera potencia mundial. Así lo indican las últimas previsiones del Fondo Monetario Internacional (FMI) que ha consignado que la participación de Europa en el PIB mundial ha caído 1,4 puntos desde 2018, y la de Japón, 2,1 puntos, en tanto que el de Estados Unidos ha subido 2,3 puntos.

Por su parte, la cuota de China también ha subido desde 2018. Pero en lugar de superar a EE.UU. como la mayor economía del mundo, ha disminuido en su tamaño hasta alcanzar el 64% de la estadounidense. En otras palabras, a pesar de las guerras comerciales, las consecuencias que pueden haber quedado de la pandemia, la inflación y la brecha social, Estados Unidos ha seguido ganando terreno a sus competidores, representados por China, Rusia, la India y Japón, entre otros países que compiten por la hegemonía mundial.

Hace apenas un año, todos decían que China pronto superaría a Estados Unidos como la primera superpotencia económica y tecnológica del mundo, y que Rusia e Irán continuarían ganando influencia internacional. Y a nivel nacional, en Estados Unidos había una creencia muy difundida de que la democracia estaba en peligro.

Nada de eso ha sucedido. Por el contrario, la economía de China se ha desinflado a sus niveles más bajos en muchas décadas, y el dictador chino Xi Jinping se ha enfrentado a muchos problemas económicos y sociales.

Por otra parte la economía de Rusia ha caído significativamente después de la invasión a Ucrania y las sanciones de Estados Unidos y Europa que le siguieron. Este país también recibió un enorme golpe reputacional cuando 143 países condenaron su invasión de Ucrania en las Naciones Unidas, y tan solo 5 naciones la apoyaron.

En tanto el régimen fundamentalista islámico de Irán tampoco ha tenido un buen año, con numerosos conflictos que lo han hecho perder posiciones dentro del contexto mundial.

Volviendo a EE.UU. este año el dólar estadounidense se ha fortalecido frente a casi todas las monedas del mundo. El desempleo sigue siendo bajo, y aunque la bolsa de valores de Wall Street ha caído en varias ocasiones y la inflación sigue con algunos altibajos, la economía de Estados Unidos está mejor que la de la mayoría de otros países.

Es un hecho de que este país también tiene grandes problemas de diversa índole y que ninguna superpotencia mundial está obligada a durar para siempre. Pero una mirada al estado del mundo muestra que Estados Unidos ha llegado a este año mejor posicionado que sus principales rivales.

En relación a los vaticinios puede ser que más adelante China se convierta en la principal superpotencia mundial, pero todo indica que eso no pasará tan pronto como creíamos y que más allá de las elecciones próximas EE.UU. seguirá ocupando el lugar de privilegio dentro del concierto de las naciones.