Después de más de una década sin pisar San Juan, Fernando Samartin retorna para subir a escena con Culto Gitano en el Teatro Sarmiento, que recientemente abrió sus puertas tras su remodelación. Con un notable despliegue de luces y vestuario, el artista realizará un recorrido por los hits del gran Sandro de América, fallecido el 4 de enero de 2010. “Será como se lo merece, con todo el respeto hacia su indiscutible persona’, dijo Fernando a DIARIO DE CUYO, previo a su llegada y de cara al homenaje que ofrecerá en el porteño Teatro Gran Rex, el próximo 19 de agosto, fecha en la que el astro cumpliría 80 años.
“Esto es algo que hago hace 22 años, más de la mitad de mi vida. Yo vivía con mis padres y un día vi una película de Sandro en la tele. Ahí dije: “yo quiero hacer eso”. O sea, yo sabía quién era, pero no me terminaba de atraer demasiado porque para mí era para gente más grande, pero cuando pude ver cómo era en su juventud empezó esta locura, jugando con mis amigos’, evocó sobre los orígenes de la caracterización de Roberto Sánchez.
En esta oportunidad, Samartin presentará un concierto de casi dos horas que se centrará en el ídolo joven y en su etapa de adulto, con todos sus hits, entre ellos Rosa, Rosa; Penumbras, Así, Porque yo te amo, Mi amigo el Puma. Y lo hará acompañado por un músico de Sandro, Osvaldo Bosch, en saxo; además de Santiago Gonella y Ezequiel Cudemo.
“Siempre dejo en claro que esto es un trabajo. A veces se confunde. Por ejemplo, cuando vas a Chile te llaman “el doble”, pero no soy el doble de nadie. Simplemente hago un trabajo que empieza y termina en el escenario. No lo imaginé de otra manera’, recalcó el ilustrador profesional que cursó la Tecnicatura en Bellas Artes en Buenos Aires, lo que él pensó que sería su modo de vida hasta que se topó con el canto, disciplina que tuvo que esforzarse en aprender para poder hacer de ella una carrera porque “era muy desafinado’. Sin embargo, Fernando destacó que perseveró y consiguió lo que quería.
“Aquí puedo ser otra persona, es una tarea que encaro de manera lúdica, aunque sé que es una responsabilidad porque va mucho más allá de un juego. Es más sigo estudiando hasta el día de hoy porque ya es una cuestión de mantenimiento y de gimnasia vocal para tener tres o cuatro shows por semana como tengo’, consideró el artista, al que no le gusta que lo denominen como “imitador oficial’, porque “nadie me dio nada, eso no depende de mí’.
Para su conversión en el ícono considerado uno de los primeros intérpretes de rock en español en América Latina, Samartin emplea pelucas confeccionadas por especialistas del Teatro Colón, como Roberto Mohr, y distintos trajes de los cuales “algunas piezas me hizo el mismo sastre de Sandro, Juan Carlos Fernández, hace como 10 o 12 años, quien curiosamente me dijo que tengo la misma altura que él’, recordó.
“Es un show internacional. La gente no ve todo lo que hay detrás hasta que se sienta en la butaca. De hecho, hay personas que creen que ese es mi pelo real, por lo bien hecho que está todo. Siempre me gustó trabajar así’, mencionó el artista, que se describe muy perfeccionista: “Muy hincha con la imagen en general y con la música’, acotó quien ganó en el rubro revelación en los premios ACE y Hugo por su desempeño en la comedia musical Por amor a Sandro, a la que asistió Olga Garaventa, la viuda del astro. “Ella fue a verme y, a veces, tenemos un diálogo cordial mediante su jefa de prensa, pero nada más’, señaló.
A sus 40 años, Fernando asegura que “a Sandro siempre se lo ha imitado mal o le han rendido tributos malos’ y que, en sus inicios, su motivación fue “cambiar la vara y la cambié’, sostuvo haciendo referencia a sus Gran Rex y a la participación en sus recitales de Palito Ortega, Jairo, Patricia Sosa, César “Banana’ Pueyrredón y Juan Carlos Baglietto, tras sus primeros pasos en un bar en el que el dueño lo contrató al escucharlo en un karaoke. Así, empezó “a remarla’ -como dijo- hasta llegar a ser la cara visible de una gran producción.
“Soy la única persona que logró estos teatros. Yo veía los tributos a los Beatles, a Queen… y de Sandro no había nada’, mencionó quien giró por América Latina con sus producciones y manifestó que existen “muchísimos Sandros, algunos lo hacen excelentemente bien y otros excelentemente mal’.
“Sandro es un gran éxito. Es como que se está retroalimentando y se agiganta, por eso trato de brindar siempre algo nuevo porque están las canciones de las películas y los covers que cantó hace 40 o 50 años como los que hizo de los Beatles’, explicó sobre el repertorio quien estudio los gestos, las miradas y los movimientos para poder componer con fidelidad el personaje, no sólo con la voz porque “también tenía mucho humor’.
“Después de años de estudiarlo, más o menos lo he entendido. De hecho, a veces digo un chiste y la gente que trabajó con él me dice es lo que Roberto hubiese dicho y supongo que es por tanto que lo estudié’, marcó, apuntando que es en los recitales donde se aprecia el ADN de la emblemática personalidad.
“¿Si Sandro me da el visto bueno desde arriba? Soy bastante esotérico, al igual que lo era él. Creo que algo hay. Mi intención es que se lo valore y se lo quiera mucho más. A Sandro no le hago falta para ser una leyenda, sí puedo decir que arrimo un granito de arena’, reflexionó sobre esa misteriosa conexión con la estrella, que le mandó una foto autografiada luego que él le enviase uno de sus dibujos.
DATO
El espectáculo será este viernes a las 21:30 hs. en el Teatro Sarmiento (Alem casi Av. Libertador). Entradas: $25.000 en boletería y online a través de TuEntrada.com

