Bajo el título WayraThuqhu, Alanzaseca – Compañía de Danzas estrenará su primer proyecto del año, inspirado en historias de personajes del norte argentino y sus actividades. Será mañana en Cooperativa Teatro de Arte, a las 21.30 hs (agotada) y a las 23.30 hs (anticipadas $2.700 y 2 x $5.000 con alias ALANZA.CIA; y $3.000 el día de la función, informes al 2644713470).
“El nombre surgió como consecuencia de lo que se cuenta, que en lengua Aymará significa viento, danza… Esto viene gestándose desde diciembre de 2023, los intérpretes trabajaron mucho porque es la buena preparación la que determina el sostenimiento de la obra”, expresó a DIARIO DE CUYO, Marisel Illanez, productora general.
Interpretada por Jimena Nievas, Agustina Illanes, Camila Mercado, Graciela Escudero, Martina Olivera, Emanuel Ortíz, Juan Ávila y Agustín Guzmán, el montaje cuenta con dirección general de Javier Farías, también responsable de la selección y edición musical, arte de imagen y contenidos.
“Los ritmos del norte andino y sus instrumentos resultan muy atractivos y tendremos un pequeño homenaje a la caja coplera, el instrumento por excelencia de la región que va de La Rioja para arriba, entre otras cosas”, explicó el bailarín que triunfó como malambista solista en el Pre Cosquín en 2003 y en conjunto de malambo en 2006, con El Malón, Revelación en la Plaza Próspero Molina.
“Como planteo inicial se empezó trabajando coreográfica e interpretativamente hasta que todo cobró vida. Y en el medio, se fue explorando el lenguaje, la trama y la intervención de otras ramas del arte como la actuación y el canto. Todo siempre es identidad de Javi y mía, no hay un dueño de la idea, nos complementamos”, mencionó Illanez respecto al desarrollo de este reto, que emprenderán tras llevar a escena Estampas en 2023. Farías añadió que “todo vino de una propuesta de una pareja de danza tradicional que hacía una cueca norteña, una parte de la letra de esa composición que bailaron fue el puntapié de la obra; si bien está siempre abierta a sumar movimientos, artistas y más danza”, ya que sus trabajos nunca “tienen un acabado”.
Respecto al propósito de gestar proyectos independientes, ambos apuntaron que “siempre es un desafío”. “No sólo por lo que vamos a poner en escena sino por el compromiso con la sala. Trabajamos de corrido, sin parar ningún mes del año. La continuidad es lo que nos permite acceder a este tipo de circuitos”, agregó la coreógrafa que además tuvo a su cargo el guion y el vestuario.
Farías fue por más, abordando la problemática a la que se enfrentan “como bailarines folclóricos”: “Nosotros siempre estamos relegados a los certámenes y festivales, por eso son tan importantes los espacios como la Cooperativa Teatro de Arte, que nos brindan la posibilidad de mostrarnos. Desde hace tiempo y por elección propia decidimos producirnos de forma independiente con todo lo que eso implica, que es poner plata para alquilar la sala, que los chicos pongan de sus bolsillos para confeccionar sus atuendos o bien, customizar trajes anteriores. Es algo muy difícil pero satisfactorio, hay que salir a buscar y no esperar que el pan llueva”, reflexionó acerca de administrarse de manera autónoma, como en esta oportunidad.

