Desde que Leonardo Cobarrubia ganó la edición de bodas de oro de la Doble Chepes, el capitán del SEP marcó con resaltador en los calendarios posteriores esta carrera. Repitió victoria el año pasado, y ayer logró el triplete en una carrera durísima, la que pudo volcar a su favor, recién en el último suspiro.

De las tres fue la más apretada, solo 1 segundo de diferencia con respecto al escolta, Ángel Oropel (Chimbas Te Quiero) quien se había puesto la malla de líder cuando culminó la segunda etapa y la mantuvo durante el transcurso de la tercera.

La misión de ayer no era sencilla para Cobarrubia, estaba a 9 segundos, pero tenía delante suyo a cuatro hombres. Mirando los segundos que lo diferencia lo suyo pasaba por buscar la etapa, Debía ganarla y esperar que no bonificara (saliera segundo o tercero) Oropel, el único que podía interferir en su objetivo de victoria, porque sí Cobarrubia ganaba, ni el segundo Leandro Velardez (Fundación Diberbool), ni el tercero Rodrigo Díaz (Municipalidad de Pocito), se interpondrían, como ocurrió.

De antemano era complicado, porque debían alinearse los planetas. Y para que ello ocurriese se dieron algunas circunstancias que jugaron a favor del capitan del SEP. Al ingreso a Caucete, Cobarrubia había quedado retrasado junto a Oropel, con la diferencia que en el grupo de arriba, el de Chimbas Te Quiero tenía a su compañero Rubén Ramos, y entre los ocho que mandaban pasaba a liderar virtualmente Leandro Velárdez (Fundación Diberbool).

Problemas técnicos retrasaron a Ramos y Rodrígo Díaz, razón por la cual, la persecución para ‘llevar’ a Cobarrubia arriba no solo fue propiedad del SEP, también debieron colaborar los de Chimbas Te Quiero, y el acople se dio faltando medio circuito.

Faltaban siete kilómetros y empezaba otra carrera, una donde la táctica valía poco, había que dejar todo en el último embalaje. Ese que ganó Cobarrubia apoyado en la invisible fuerza que mueve a los hombres, la fe.