Ayer, el Colegio San Francisco se convirtió en un escenario donde el principal protagonista fue el Espíritu Santo. Es que los 280 sinodales que participan del 3er sínodo diocesano de San Juan le cantaron e invocaron para que los guíe en la histórica tarea que los convoca: trabajar sobre la escucha, espiritualidad y misión, los 3 ejes propuestos para definir los caminos para el futuro trabajo pastoral.

A las 8 arrancó la jornada colmada de espiritualidad. Lo primero que hicieron los sinodales, antes de comenzar con la primera sesión del sínodo, fue encomendarse al Espíritu Santo con oraciones para luego participar de la misa donde también se lo invocó con fe y emoción. Y esta situación se mantuvo a lo largo de la jornada.

Participación. Monseñor Jorge Lozano también es miembro de una comunidad en el sínodo.

Tras conformar las comisiones de 8 integrantes, cada una se ubicó en el salón de actos, las aulas, la parroquia y hasta en el laboratorio del Colegio San Francisco para comenzar a discernir sobre los cambios en la tarea pastoral. Pero, ninguna de estas 35 comunidades inició su tarea sin encender una vela y volver a invocar al Espíritu Santo de diferentes maneras.

En la comunidad 3, en la que monseñor Jorge Lozano forma parte, le cantaron una alabanza. Y posteriormente, el coordinador del grupo le pidió que ‘ilumine a cada uno’ en esta tarea tan importante en la que participan.

El 3er sínodo diocesano de San Juan incluye la realización de 5 sesiones. La última será en noviembre.

Mientras que en la comunidad 22, apelaron a la tecnología para invocar al Espíritu. El coordinador reprodujo en su celular una canción de alabanza que todos escucharon en absoluto silencio.

Tras las presentaciones entre sí para conocerse, comenzó el trabajo de los sinodales que consistió en releer el documento de trabajo sobre los 3 ejes para proponer una cita bíblica, 3 certezas y 3 acciones para llevarlos a la práctica.