El Museo Casa Natal de Sarmiento tiene más de 200 años y es un ícono provincial, pero el desgaste parece estar afectando su estructura. Una serie de grietas surgieron en la zona norte de la vivienda del prócer y hoy buscan qué puede estar causándolo. Una empresa privada de sanjuaninos decidió hacer estudios que son clave, usando tecnología que en general aplican a la exploración minera. Con maquinaria exclusiva, de la que sólo hay un puñado en el país, trabajarán entre uno y dos meses para ver si el suelo del monumento histórico puede ser el que genera los problemas. Todo el trabajo será una donación, ya que para su dueño es “una forma de honrar al primer gran minero argentino”.

Alfredo Rodríguez es un geofísico sanjuanino que desde hace 14 años tiene una empresa, Geoar, que vende este servicio profesional a mineras, petroleras y la construcción. Se enteró de que estaban buscando quien hiciera un análisis del suelo de la Casa de Sarmiento a través del Colegio de Geofísicos. “Necesitaban que alguien hiciera los estudios y decidimos ofrecer un plan de trabajo”, explicó. El pasado miércoles firmaron un acuerdo con la directora del museo, Lucía González, y ya presentaron un primer plan de trabajo que deben aprobar a nivel local y a nivel nacional.

El problema que analizarán los técnicos es la sustentabilidad y portabilidad (la capacidad para soportar estructuras sin sufrir deformaciones) del suelo de la Casa Natal. Esto es debido a que las fallas que están encontrando podrían deberse a que la base en la zona norte está cediendo. La especialidad de Alfredo y los técnicos de su empresa son justamente el suelo, por lo que decidieron poner a disposición la tecnología que tienen y sus conocimientos para determinar qué está sucediendo debajo de la casa más conocida de San Juan.

Rodríguez explicó que están usando toda la capacidad técnica que usarían para hacer la geofísica de un proyecto minero, pero adaptado a la casa histórica. “El personal del museo nos explicó en qué puntos hay que tener cuidado y nos está acompañando”, explicó. Las tareas que realizan normalmente son en yacimientos mineros o petroleros y pueden analizar el suelo “hasta los 400 metros de profundidad”. La maquinaria que tienen es capaz de hacerlo ya que “solo hay de 5 a 10 de esos equipos en todo el país”, contó. Ahora se enfocarán en los primeros metros, pero con el cuidado que requiere el edificio histórico.

La próxima semana creen que empezarán a trabajar y de ahí irán aplicando cada una de las técnicas que tienen planeadas (ver infografía). Luego los especialistas analizarán los datos y esperan que antes de los dos meses puedan presentar un informe sobre las condiciones del suelo, para saber si tiene que ver con los daños. Hará falta ingenieros para seguir el trabajo y buscar soluciones. Si bien la misma empresa no puede hacerlo, Rodríguez dijo que espera que haya quienes se ofrezcan para hacerlo de forma voluntaria, para continuar con las tareas.

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