El secretario del Tesoro, Scott Bessent, dijo esta semana que si Nueva York necesitaba un rescate federal bajo el liderazgo del candidato a la alcaldía de la ciudad Zohran Mamdani, la administración de Trump lo rechazaría con una palabra.

Pero la Argentina es una historia diferente. El Departamento del Tesoro estuvo trabajando para apuntalar su economía chisporroteante, y Bessent declaró que Estados Unidos estaba listo para extender un salvavidas de US$20.000 millones.

Las medidas tienen como objetivo fortalecer la situación de Javier Milei, el atribulado mandatario argentino a quien Trump considera un alma política afín.

Al ofrecerle apoyo económico a la Argentina, la administración de Trump se adentra en la precaria política de los rescates financieros, que los republicanos tradicionalmente odian. Al usar el poder económico de Estados Unidos para influenciar la elección de otro país, el presidente está atando al estado norteamericano al destino financiero de la Argentina, que estuvo plagado durante décadas de una inflación creciente y una deuda descontrolada.

Críticas de grupos agrícolas 

Las medidas fueron criticadas por grupos agrícolas estadounidenses, cuyos miembros se vieron perjudicados por la guerra comercial de Trump con China y esperan ansiosamente por un apoyo económico.

China dejó de comprar productos agrícolas estadounidenses, como la soja, luego de que Trump decidiera imponer aranceles a las importaciones chinas. En cambio, China estuvo comprando soja de Brasil y Argentina, donde actualmente es más barata que en Estados Unidos por los aranceles de represalia chinos, lo que generó temores en las zonas rurales de Estados Unidos ante una inminente crisis agrícola.

La Asociación Americana de la Soja, que estuvo presionando para obtener el apoyo económico para los agricultores, dijo que “la frustración es abrumadora”. El grupo señaló que la Argentina acaba de reducir sus impuestos de exportación para poder vender aún más soja a China, perjudicando todavía más a los agricultores estadounidenses que afrontan altos aranceles chinos.

Los principales demócratas criticaron el rescate financiero a la Argentina, acusando a Trump de favoritismo.

“En un momento en donde los estadounidenses tienen dificultades para pagar la compra de alimentos, el alquiler, las facturas de tarjetas de crédito y otras deudas, es profundamente preocupante que el presidente pretenda utilizar importantes fondos de emergencia para inflar el valor de la moneda de un gobierno extranjero y fortalecer sus mercados financieros”, escribió la senadora Elizabeth Warren de Massachusetts, la demócrata de mayor rango en el Comité Bancario del Senado, en una carta a Bessent.

Las crisis financieras crónicas de Argentina

La economía argentina lleva décadas enfrentando sus propias crisis. El valor de su moneda, el peso, cayó en las últimas semanas ante la preocupación por el control de Milei sobre el gobierno. La semana pasada, el Banco Central gastó más de mil millones de dólares para apuntalar el peso y mantener su tipo de cambio con el dólar por debajo del límite establecido a principios de este año, en un acuerdo de US$20 mil millones con el Fondo Monetario Internacional (FMI).

El apoyo estadounidense busca restaurar la confianza en la economía argentina y fortalecer a Milei tras la estrepitosa derrota de su partido en las recientes elecciones bonaerenses y las cruciales elecciones legislativas nacionales del próximo mes. Trump considera a Milei, quien se identifica como un libertario radical, un aliado político. Describió al líder argentino como su “presidente favorito”. Además, Milei fue uno de los únicos dos líderes mundiales presentes en la toma de posesión de Trump.

El miembro senior del Consejo de Relaciones Exteriores Brad Setser comparó un préstamo a la Argentina con los US$20.000 millones que Estados Unidos prestó a México en 1995. Argumentó que el historial de la Argentina de no poder pagar sus deudas hacía que el rescate fuera más arriesgado.

Apoyo riesgoso para los contribuyentes 

La mecánica de este apoyo, que Bessent todavía está negociando con sus homólogos argentinos, aún no está clara, pero los analistas dicen que podría ser riesgoso para los contribuyentes estadounidenses.

La magnitud del rescate causó sorpresa, afirmó la investigadora principal del Instituto Peterson de Economía Internacional Monica de Bolle. El acuerdo también es inusual porque, al menos hasta el momento, no está condicionado a recortes de gastos, cambios en la política cambiaria ni otros requisitos típicos de los préstamos otorgados por instituciones como el FMI.

Argentina tiene un historial irregular en el pago de sus deudas, lo que provocó varios impagos que dejaron a los inversores con grandes pérdidas. Como incumplidor perpetuo, el país tuvo que recurrir repetidamente al FMI en busca de ayuda, lo que lo convierte no solo en el beneficiario más frecuente de los rescates del Fondo, sino también en el mayor deudor de la institución.