De un tiempo a esta parte se viene hablando sobre la posibilidad de fusionar el INTA (Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria) con algún otro organismo del Estado, como el INTI (Instituto Nacional de Tecnología Industrial) u otros similares, con el propósito de hacer efectivo el achicamiento del Estado que viene propiciando el Gobierno nacional desde el inicio de su gestión. En esta misma línea de acción, y por los mismos motivos, se acaba de concretar la fusión del Inpres (Instituto Nacional de Prevención Sísmica) con el Segamar (Servicio Geológico Minero Argentino), dos organismos afines, pero con tareas específicas muy diferentes que han marcado, en el caso del Inpres, una etapa de investigación y desarrollo de la ingeniería sismoresistente y de la prevención sísmica de fundamental importancia para las zonas sísmicas del país.
En el caso del INTA la fusión todavía no se ha concretado pero sus autoridades y personal han advertido un proceso de debilitamiento y desmantelamiento que está conduciendo, lo que es más grave aún a su desaparición. Los últimos informes difundidos por el organismos dan cuenta de recortes presupuestarios, reducción de personal y cambios en la estructura que están afectando su capacidad de investigación y desarrollo. Se han eliminado algunos programas clave como el ProHuerta y se ha perdido capacidad para las funciones de investigación y extensión que se están cumpliendo en cada uno de los centros regionales, estaciones experimentales, institutos de investigación y unidades de extensión distribuidos en todas las provincias del país, inclusive en San Juan donde funciona una Estación Experimental Agropecuaria que ofrece un decisivo apoyo a los productores locales a través de trabajos de investigación y transferencia de tecnología para cultivos intensivos de bajo riego, enfocada en vitivinicultura, olivicultura y horticultura.
En cuanto a la fusión del Inpres, el desatino radica en que se trata de un organismo de probada eficiencia en el aporte de conocimientos relacionados con la actividad sísmica que ha logrado poner al país y a provincias como San Juan y Mendoza en los primeros lugares a nivel mundial en materia de seguridad sísmica. El desarrollo de normas para las construcciones sismoresistentes como también de prevención sísmica han colocado a la Argentina a la altura de los países con mayor desarrollo en la materia y la fusión con otros organismos, al igual que lo que sucede con el INTA, provocará una reducción de sus capacidades en áreas que son de importancia para el desarrollo regional o del interior del país.
En el caso del Inpres solo queda intentar que esta nueva modalidad no afecta su capacidad operativa, pero con el INTA todavía queda la posibilidad que se revea la medida y se evite dejar a las economías regionales y a los productores del interior del país sin una herramienta fundamental para el desarrollo.
