Llegar al Aeropuerto Domingo Faustino Sarmiento debería ser una experiencia cómoda y segura, propia de una provincia que busca proyectarse al país y al mundo. Sin embargo, la realidad dista mucho de eso. El acceso a la estación aérea ubicada en Las Chacritas, departamento 9 de Julio, distante 20 kilómetros de la ciudad de San Juan, sigue siendo una asignatura pendiente que acumula décadas de promesas y soluciones parciales.

El recorrido es breve, pero complicado. Para acceder, se transita por la Ruta 20 y luego por un camino interno de unos 600 metros. El mayor problema se encuentra, sin embargo, en los derivadores que conectan la ruta con el ingreso, que están mal señalizados, con una carpeta asfáltica deteriorada y sin una infraestructura que brinde seguridad a los conductores. Es un punto de riesgo permanente donde la prudencia individual es la única defensa frente al peligro.

Actualmente se están realizando algunos trabajos de remodelación en la zona central del ingreso. Se busca mejorar la funcionalidad del cruce, pero no se trata de la solución estructural que San Juan necesita. Desde hace años se habla de una obra definitiva -como un puente a desnivel o un acceso diferenciado- que elimine el riesgo de colisiones y otorgue al aeropuerto un acceso acorde a su importancia. Ninguno de esos proyectos ha pasado del papel a la realidad y hasta ahora ha quedado plasmado en el famoso proyecto inconcluso de la autopista San Juan-Caucete, en la que no hay ninguna posibilidad en estos momentos.

El camino interno, por su parte, aunque está bien iluminado, es angosto y carece de banquinas adecuadas. Esto no solo afecta la circulación, sino que impide una práctica habitual entre los sanjuaninos: detenerse a observar la llegada o partida de los aviones. Una costumbre sencilla, pero simbólica, que también debería formar parte de un acceso pensado para las personas.

El aeropuerto es la puerta aérea de San Juan, la primera impresión de quienes visitan la provincia y la última imagen que se llevan quienes parten. Por eso, el ingreso no puede seguir siendo un parche entre baches y desvíos. Junto con la remodelación de la terminal, el Gobierno provincial debería encarar de una vez una obra definitiva que jerarquice al aeropuerto y brinde a los sanjuaninos la seguridad y el prestigio que merecen.