En la última Expoagro realizada entre el 5 y 8 de marzo pasado, el presidente Javier Milei sostuvo que todos los sectores vinculados a la exportación, entre ellos el agropecuario, podrían beneficiarse con una reducción de la carga impositiva, a partir del momento en que se alcance la meta del déficit cero. La obtención de ese logro a casi un mes de ese anuncio ha generado muchas expectativas ya que es por todos conocido que lo que más está necesitando el agro, y los demás sectores que intervienen en la exportación de productos, es una reducción de los derechos de exportación (retenciones) y de la carga tributaria que pesa sobre todo lo que se necesita para producir. Son factores que inciden tanto en las grandes cosechas que se realizan en el país como también en la agricultura regional o provincial que aunque representa menores volúmenes, también resulta afectada por la presión tributaria que se ejerce desde las esferas del gobierno.
Se sabe que a nivel nacional la soja es uno de los productos más castigados en materia de retenciones. Actualmente se está aplicando un 33% sobre el ingreso bruto, lo que para muchos es un exceso con matices confiscatorios y demuestra que el gobierno no tiene en cuentan los costos de producción al momento de aplicar esta retención.
El resto de los productos exportables, incluyendo los de las economías regionales y, particularmente los de nuestra provincia, entre ellos los vitivinícolas, frutihortícolas y mineros, entre otros, también están sufriendo -aunque no en los niveles de la soja- retenciones que rondan entre el 8 y 15% que han provocado una reducción en las exportaciones y un achique del aparato productivo rural casi en un 50 por ciento.
Teniendo en cuenta que la alícuota del impuesto a las ganancias es del 35%, la presión impositiva que se está ejerciendo se compara a la figura de capturar uno de cada tres camiones cuando llegan al puerto con flete pago, más el IVA del flete. Es decir que se está tomando un tercio de la producción sin ningún tipo de contemplación.
La situación de las exportaciones que no ha mejorado hasta ahora a pesar de las buenas perspectivas que existen, también mantiene a productores de insumos, equipos y servicios tecnológicos aplicables a la agroindustria y otras áreas exportables en espera de momentos mejores, especialmente porque se sabe que los precios internacionales han caído un 30% respecto a los del año pasado y eso también es un factor negativo para esta actividad.
Todo están esperando que el equipo económico del Gobierno nacional de alguna señal más allá del equilibrio fiscal. Convertir las retenciones en un pago a cuenta del impuesto a las ganancias podría tener un buen impacto político y sería una forma de ir avanzando en mejorar las condiciones de las exportaciones.