Ya era hora. El desahogo para San Martín demoró 8 fechas, la esperada victoria en Primera División recién llegó en el octavo capítulo venciendo a Belgrano por 3-1 con goles de Tomás Fernández, Marco Iacobellis y Sebastián González. Una necesidad que pesaba en Concepción quedó en el olvido para sacar esa angustia que tanto dolía en el Pueblo Viejo. Le costó al Verdinegro. Mostró mucho del amor propio que se vio contra River pero esta vez, convirtió para festejar. Urgido, necesitado, apurado. Con esos condicionantes, San Martín fue más voluntad, fricción y actitud que fútbol en el comienzo del primer tiempo. Apelando al mismo esquema que paró contra River Plate, el Verdinegro buscó sin demasiada lucidez el camino a Espínola. Mucha entrega, enorme actitud y la permanente convicción de que tenía que ser la noche del desahogo marcaron el paso de San Martín en esta primera parte que tuvo pocas emociones. La primera fue de Belgrano porque apareció Uvita Fernández y desde afuera del área, probó a Borgogno que respondió sensacional, sacando al córner. A los 9′, la respuesta de San Martín con un centro de Alvarez que encontró a Tomás Fernández de atropellada para que la pelota se fuera besando el palo. Desde ahí, todo demasiado parejo hasta que a los 36′ parecía que se terminaba la mufa en Concepción cuando Lópes empujó al gol tras un córner, pero el offside dejó a todos con las ganas.

Marca. Troilo, defensor de Belgrano, corta el paso de Tomás Fernández -autor de un gol- que fue uno de los más activos de la noche en San Martín.

En el segundo tiempo, las emociones y las ansiadas respuestas llegaron temprano. A los 5′ Uvita Fernández anticipó a Borgogno y abrió el marcador. Parecía un golpe duro para San Martín pero a los 7′ Tomy Fernández empató pronto para la ilusión. Y se dio porque a los 9′ Iacobellis puso el 2-1 tras una gran jugada colectiva sanjuanina. Dos minutos, dos goles. San Martín lo había conseguido y llegó el momento de sostener este primer triunfo. Mas entrega, más actitud y los cambios del Purruco para quitarle espacios y ritmo a la reacción de Belgrano. Y El Pirata fue con lo que tenía. A los 32′ Borgogno salvó el empate con una atajada enorme a Troilo. Belgrano se le vino encima con todo y Borgogno lo sostuvo a San Martín con tapadas sensacionales. Y en el final San Martín que por fin tuvo su desahogo en con el golazo del Pulpito González.

> Antuña merecía este momento
Volvió la ropa de la cábala. Volvió la calma para Raúl Adolfo Antuña que elevado a la categoría de los ídolos intocables en San Martín tras en ascenso en diciembre pasado, había quedado más que cuestionado tras este arranque en falso en Primera. Pero el Purruco nunca perdió la línea, siempre positivo. Siempre apostando al grupo y a su idea. Y claro, el partido contra Belgrano terminó siendo el premio a esa actitud que nació desde el cuerpo técnico. Sufrió el primer tiempo, sintió el golpe del gol cordobés pero recuperó confianza, amor propio y fe con la reacción de su San Martín. Fue sacarse ese peso de encima, tanto que Antuña terminó viendo el partido sentado en el banco de suplentes, sabiendo muy interiormente que se merecía vivir un momento así después de tanto sufrimiento.