La empresa SpaceX, de Elon Musk, lanzó ayer un cohete Starship, pero no logró atraparlo con los brazos mecánicos gigantes, como lo había conseguido el mes pasado. En este caso, el cohete amerizó en el Golfo de México. La prueba se hizo bajo la atenta mirada del presidente electo, Donald Trump, quien acudió a la base de Texas para observar el ejercicio. La captura del cohete se canceló cuatro minutos después del lanzamiento, sin que se haya precisado por qué. Solo se informó que no se cumplieron todos los criterios para la captura programada.

La nave espacial vacía se elevó sobre el Golfo de México en un circuito casi circular alrededor del mundo. Rozando el espacio, la brillante nave de aspecto retro apuntó al Océano Índico para un final controlado.