Que el tribunal no fue imparcial, pues valoró de manera arbitraria la prueba a favor de su posición, dejando de lado prueba clave que hubiera conducido a otro resultado. Que el ánimo del tribunal de ‘confirmar’ la teoría de Fiscalía, se evidenció con sus preguntas y sus intervenciones durante el juicio. Que con esa manera ‘sesgada, parcial y arbitraria’, los jueces violaron derechos y garantías en favor de su defendido, pues hicieron jugar en su contra la duda cuando la ley establece que ante un escenario de incertidumbre, se debe fallar a favor del imputado. Insistió en que su cliente empezó a disparar recién cuando vio dos fogonazos provenientes del camionero y que más de la mitad de sus balas ni siquiera dieron en el camión. Que el oficial solo cumplió su deber porque ese chofer al que se le hallaron restos de alcohol y cocaína en su sangre, conducía de manera zigzagueante y ponía en peligro la vida de los policías y de terceros, como las personas que transitaban aquella noche del 9 de febrero de 2024 por la Ruta 510, en Valle Fértil.

Esos fueron los principales argumentos con los que, ayer, los defensores, Martín Zuleta y Federico Victoria, volvieron a pedir que su cliente, el oficial de policía, Ricardo Rodríguez, sea absuelto de la grave condena que le impusieron el pasado 7 de mayo: prisión perpetua por homicidio agravado, por ser miembro de una fuerza de seguridad que abusó de sus funciones. Según la Defensa, su cliente solo cumplió su deber o, a lo sumo, se excedió, pero no quiso asesinar al camionero.

La víctima de ese crimen fue el chofer riojano Federico Orihuela, quien había llegado en su viejo camión Mercedes Benz, con melones y vino patero para vender durante la celebración de la competencia de autos ‘Safari tras las Sierras’.

Esa vez, Orihuela era escoltado hasta la seccional 12da. por policías en moto, porque no tenía los papeles en regla de su vehículo. Pero en lugar de enfilar hacia la comisaría, aceleró y huyó por la Ruta 510. Por más de 20 kilómetros, fue perseguido, principalmente, por el oficial Rodríguez y otros dos policías en un patrullero. Esos policías fueron prueba clave para Fiscalía, porque aseguraron que no vieron al camionero disparar y que Rodríguez usó una escopeta, su arma y la del chofer para efectuar 31 disparos, 6 de los cuales dieron en el chofer y lo sentenciaron. Esos uniformados también dijeron que en un momento escucharon decir a Rodríguez ‘me la mandé, creo que se murió’. Y, cuando todo terminó, les pidió que dijeran que la víctima tenía drogas y un arma de fuego, que nunca fue incautada.

Luego de escuchar a los defensores, el fiscal de Impugnación, Frabrizio Médici, se opuso a cada argumento de los defensores, lo mismo que Valeria Paredes y Reinaldo Bedini, abogados de la familia de la víctima. Los acusadores solicitaron confirmar la pena máxima contra el policía, impuesta por los jueces Eugenio Barbera, Gema Guerrero y Pablo León.

Ahora, los jueces Renato Roca, Maximiliano Blejman y Eduardo Raed deben decidir.