Entre los temas sobre los que más se ha hablado en estos días está el de las amenazas de bomba que se vienen sucediendo desde hace algo más de un año y que se ha intensificado en las últimas semanas con varios casos, desde la actuación de Lali en el Estadio del Parque de Mayo, que por este motivo debió demorarse, hasta la interrupción de las clases en las escuelas agrotécnicas que provocó una amenaza de una persona que después fue identificada.

El hecho de localizar a la persona culpable de estos actos inadmisible nos lleva a considerar qué sería lo más conveniente de hacer en la provincia para frenar esta ola de denuncias que mantiene en vilo a gran parte de la sociedad, ya que no se sabe en que momento puede dejar de ser una simple amenaza y pasar a ser un atentado de grandes proporciones.

Fuentes del ámbito de la justicia, del gobierno y de otros sectores comprometidos con la vida provincial llegaron a establecer un listado de sugerencias de cómo actuar cuando se sorprende a alguien en una maniobra de este tipo:

Endurecer las penas legales. Es decir, elevar las sanciones de las amenazas de bomba -aunque sean falsas- para que generen verdadero efecto disuasorio, incluyendo prisión significativa, multas elevadas y costos de restitución.

Considerar penas progresivas para infracciones recurrentes (por ejemplo: primera vez, una pena; reincidencia, condenas más largas o más altas).

Responsabilizar económicamente a los infractores. Obligar al autor de la amenaza a cubrir los gastos asociados: intervención de fuerzas de seguridad, evacuación y logística escolar y todos los demás gastos que se generan a partir de estas llamadas que pueden llegar a ser una broma de mal gusto hasta una efectiva amenaza con fatales consecuencias.

Implementar medidas administrativas complementarias. En casos específicos (como cuando intervienen menores e involucra al sector educativo), se podría enviar la información al sistema educativo y a las familias de los implicados para activar un seguimiento de cada caso.

Establecer protocolos claros de evacuación y búsqueda, que permitan determinar la real existencia de un aparato explosivo minimizando la alarma que generalmente se genera ante el solo rumor de un hecho de esta naturaleza.

Cooperación tecnológica. Compartir inteligencia con otras provincias para determinar si hay amenazas coordinadas o si son, simplemente casos aislados, lo que determina una gran diferencia.

En otras partes del mundo hay muchos ejemplos de la forma en que se ha procedido con casos similares a los de Argentina o mucho peores, en el caso de que la bomba no era una amenaza y que finalmente estalló con trágicas consecuencias.

Se puede recurrir a cada uno de estos casos para tomarlos como modelo, para solucionar de fondo un problema que se ha agravado con el transcurso de los meses.