Huracán se quedó con un entretendido clásico y derrotó 2-0 a San Lorenzo por la séptima fecha del Torneo Apertura de la Liga Profesional. Con goles de Fabio Pereyra y Rodrigo Cabral, en el partido que jugaron en el Estadio Tomás Adolfo Ducó.

Apenas habían pasado los 10 minutos cuando Gil ejecutó con perfección un tiro libre lejano y esa rosca justo fue a donde saltó Fabio Pereyra, que puso la cabeza y dejó sin nada por hacer al buen arquero que tiene el Ciclón.

Los de Miguel Russo reaccionaron enseguida y pudieron cambiar la historia, pero el destino no estuvo de su lado. Matías Reali, de los más movedizos en el visitante, metió un buen centro desde la derecha que derivó en una palomita de Cuello que se estrelló en el palo. Esa misma jugada siguió con una buena jugada de Elías Báez por la izquierda y un remate de Braida que se fue alto…

En líneas generales, el partido fue parejo pero Huracán mostró algunas cosas que lo convirtieron en un merecido ganador. Gil fue el dueño del mediocampo y del equipo, Walter Mazzantti aportó un desequilibrio inalcanzable y el equipo de Kudelka jugó con más serenidad y oficio.

El Ciclón, en cambio, se pareció poco al equipo que no brillaba pero mostraba autoridad de los partidos anteriores. Es cierto que por momentos empujó a su rival contra el arco de Galíndez, que Reali y Cuello complicaron pero le faltó enjundia para, por lo menos, acercarse un poco más al empate.

En el complemento Russo movió fichas, sumó gente en el medio y en ofensiva, pero tampoco le resultó. Incluso, tuvo menos chances claras que durante la primera mitad. Para colmo, empezó a desordenarse y eso lo terminó pagando caro en el final.

El Globo fue paciente y aprovechó los espacios que el rival le dejaba. Entonces, la ecuación del partido era que el conjunto azulgrana tenía la pelota en campo rival y el local salía rápido para jugar a espalda de los defensores.

Empezó a generar cada vez chances más claras cuando su entrenador decidió refrescar el ataque. Solo dejó a Mazzantti, el jugador franquicia, entonces Ojeda aportó pases precisos, Cabral velocidad y Leo Sequeira oficio. Claro, y si faltaba chapa para jugar esta clase de encuentros, en el final entró el eterno Wanchope Ábila.

No convirtió Ramón, pero con un toque fue clave en el gol de Cabral, en tiempo cumplido, para ponerle el moño a un clásico a pedir del Globo, que merecidamente terminó festejando y que sigue contando que desde el 2017 no pierde el derby en su cancha, mientras que ya lleva 12 encuentros sin caer en la Quema.

San Lorenzo tuvo una reacción en el final, ya dos goles abajo, que hasta obligó a una volada de Galíndez por un remate de Cecchini desde afuera del área, pero no alcanzó. Por eso, ya sin invicto en el Apertura, tendrá que superar el cachetazo de un duelo clave en el que le faltó la intensidad de partidos anteriores pero sin tiempos para lamentos porque se le vienen otros dos clásicos, Racing e Independiente.