La concentración arrancaba a las 14 y llegaron puntualmente. Y desde el minuto cero comenzaron a bailar y a saltar en honor a María. Fueron los chicos que ayer participaron en la tradicional peregrinación de las familias a Fátima y que vivieron con entusiasmo la previa del evento, derrochando energía por casi una hora. Unos 2.500 fieles participaron de la caminata desde la Catedral hasta la Parroquia de Fátima, en Rawson.

Los chicos de la Parroquia de Andacollo, de Chimbas, hicieron la punta. Fueron unos de los primeros en llegar y en ubicarse frente a la escalinata de la Catedral para vivir de cerca la previa de la peregrinación, con la ansiedad propia de la juventud. Y también fueron los que bailaron sin parar desde que entraron en acción los animadores. Pero no fueron los únicos en ponerle ritmo, color y entusiasmo a la previa.

Distinción. Algunos grupos llevaron humo de color para distinguirse del resto.

Los chicos de la Parroquia de Santa Bárbara, de Pocito, hicieron su ingreso bailando al ritmo de la batucada que tocaron con los bombos que llevaron para hacerse oír. Todo un espectáculo para los que fueron a acompañar a los más chicos.

El mismo bullicio hicieron los chicos de la Parroquia Cristo Rey, de Caucete, pese a no llevar instrumentos musicales. Es que con gritos y palmas acompañaron a su compañero que participó de la peregrinación personificando a su Patrono, vistiendo una túnica blanca y una máscara gigante.

La salida estaba prevista para las 14.30, aunque se retrasó por casi media hora para darle tiempo de llegar a los chicos de las parroquias más alejadas, todo un gesto en una tarde donde el sol apareció de a ratos. Pero nadie de los presentes se quejó por la espera, por el contrario, aprovecharon para seguir bailando y saltando, en lo que fue una especie de previa para calentar motores.

Incluso les quedó energía para correr cada vez que uno de los animadores hizo una pregunta referida al evento para entregarle un premio al primero en llegar a su lado y en contestar correctamente.

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Con ritmo. Con instrumentos musicales le pusieron ritmo a la caminata.

Sólo durante las recomendaciones para tener en cuenta durante el trayecto hasta Fátima, los chicos pararon de bailar y saltar. La adrenalina fue total y se notó en los rostros. Ese parate duró sólo unos cuantos minutos. Fue hasta que arrancó la peregrinación y los participantes redoblaron la apuesta.

Cada grupo parroquial levantó carteles y pancartas, hizo sonar sus instrumentos y gritó sin parar para distinguirse del resto. Fue como una especie de competencia de hinchadas, aunque todas alentando a la Virgen María. En el camino todo fueron demostraciones de amor a María con mucha alegría, propio de la edad pero también del compromiso que expresaron estos jóvenes en la tarde de ayer. La explosión de felicidad fue la llegada a Fátima, corolario de un día que no olvidarán.

Ambientalistas
A los delegados parroquiales se les entregó bolsas azules para que en ellas los chicos colocaran los papeles de golosinas, botellas plásticas, cajas y demás residuos que generaran durante la peregrinación.