Desde el descubrimiento de la primera isla de plásticos en el Océano Pacífico Norte en 1997, este fenómeno no ha dejado de crecer y en la actualidad hay cuatro islas más diseminadas en otros océanos y mares de la Tierra que están perjudicando la flora y la fauna marina, afectadas por el daño que provocan los plásticos en los seres vivos.

Es un hecho que la situación está empeorando, lo que pone de manifiesto la necesidad de tomar en forma urgente medidas conducentes a evitar la llegada de una mayor cantidad de plásticos a los océanos, y proceder a limpiar el desastre ecológico que se ha planteado en las zonas más afectadas.

Cada año son millones de toneladas de plástico que llegan al océano. Como en la mayoría de los casos esos plásticos quedan expuestos a los grandes sistemas de circulación de las corrientes oceánicas, se desmenuzan y se convierten en microplásticos, otro de los modos de contaminación más graves que existen en perjuicio de los seres humanos a través del consumo de productos del mar.

Si bien el crecimiento de la isla de plásticos del Pacífico Norte es el más significativo, al haber alcanzado una superficie de 1,6 millones de kilómetros -el equivalente a tres veces el tamaño de un país como Francia- se han descubierto otras manchas de basura de este material en 2009, en el Atlántico Norte; en 2010, en el Índico; en el 2011, en el Pacífico Sur y en 2017, en el Atlántico Sur. Este último generado por la gran actividad pesquera ilegal que está afectando a nuestro país al desconocerse los derechos que por naturaleza propia corresponde a la Argentina cuando se invaden amplios sectores del mar Argentino.

La comunidad científica internacional no ha encontrado hasta ahora la manera de controlar que este fenómeno no siga avanzando, más allá de todas las recomendaciones que se hacen para lograr una disminución del uso de los plásticos que luego son desechados y conducidos al mar por los desagües de las grandes ciudades.

El intenso tráfico de las navieras con sus barcos de carga y cruceros destinados al turismo, representan otro de los factores que inciden que los plásticos lleguen al mar para contaminar amplias superficies, que si bien tienen una ubicación establecida, no es fija ya que esas grandes masas se pueden trasladar dentro de un área por la acción de las corrientes marinas. Nuevas tecnologías también han posibilitado realizar unos cálculos mucho más precisos para determinar el crecimiento de las islas, tanto del tamaño de la masa como de la basura que contienen.

Para intentar solucionar este problema tratando al menos que las islas de plástico no continúen creciendo, todos los esfuerzos deben enfocarse en la manera de cómo hacer para utilizar menos plásticos en todo el mundo; generar ideas innovadoras para limpiar cauces, mares y océanos y finalmente plantearnos la necesidad de encontrar la forma de vivir sin la utilización de los plásticos.