Conmoción, estupor, profundo pesar entre la comunidad católica mundial, fuertes repercusiones políticas y condena internacional. Esta fue la reacción en cadena ayer tras un nuevo bombardeo de Israel sobre la Franja de Gaza que alcanzó “por error” a la única parroquia católica de esa zona caliente de Medio Oriente.

El ataque dejó un saldo de al menos cuatro muertos y unos 10 heridos, entre ellos el sacerdote argentino, Gabriel Romanelli, encargado de la Parroquia Sagrada Familia de Gaza. El impacto del incidente cobró relevancia especial en Argentina y entre sus autoridades eclesiásticas debido a la nacionalidad del padre Romanelli, conocido por su labor pastoral en zonas de conflicto.

Romanelli es el sacerdote a quien el fallecido papa Francisco llamaba por teléfono diariamente para informarse sobre la guerra en Gaza desde que se recrudeciera el conflicto en Tierra Santa.

El párroco sufrió una herida leve en una de sus piernas.

La Iglesia de la Sagrada Familia servía de refugio a más de 500 desplazados, incluidos cristianos, musulmanes y niños con discapacidades.

Romanelli. El cura argentino resultó herido en una pierna. Se lo vio abatido.

De acuerdo a la información oficial, el ataque tuvo lugar en un día marcado por bombardeos y acciones militares en la región de Gaza, un territorio en el que la precariedad de las condiciones humanitarias y el peligro constante dificultan la labor social y religiosa. La presencia de la Parroquia Sagrada Familia en ese contexto representa uno de los pocos enclaves cristianos en la zona, donde el padre Romanelli lidera varias iniciativas de asistencia espiritual y ayuda humanitaria dirigidas tanto a la población local como a los desplazados por el conflicto.

El ataque se produce días después de que Romanelli denunciase la situación que se vive en Gaza, especialmente entre la pequeña comunidad cristiana que resiste bajo el amparo de la parroquia de la Sagrada Familia.

Israel “lamenta profundamente” el bombardeo de la única iglesia católica de Gaza, dijo el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu. Afirmó que el ataque” se debió a “municiones perdidas” que alcanzaron la iglesia de la Sagrada Familia. “Cada una de las vidas inocentes perdidas son una tragedia. Compartimos el dolor de las familias y de los fieles”, dijo.

El papa León XIV envió un pésame a las víctimas del ataque. En el telegrama, firmado por el Secretario del Estado vaticano, cardenal Pietro Parolin, el Santo Padre garantiza “su espiritual cercanía al padre Gabriel Romanelli”, sacerdote argentino del Instituto del Verbo Encarnado así como a toda la comunidad parroquial”.

Y en su misiva reiteró su pedido de alto el fuego inmediato en la Franja. También el Gobierno argentino lamentó el incidente.