La quinta edición de ‘La Cuyanía”, que se realiza desde ayer y que se prolongará hasta hoy en los jardines del Auditorio Juan Victoria, es mucho más que un encuentro artístico. Es una expresión viva de la identidad sanjuanina, un espacio donde la música y la tradición se funden para recordar quiénes somos y de dónde venimos. En tiempos donde la globalización tiende a uniformar los gustos y las costumbres, rescatar el valor de lo autóctono se vuelve un acto de resistencia cultural y de reafirmación colectiva.
Desde su nacimiento en 2021, ‘La Cuyanía” se ha consolidado como un movimiento cultural comprometido con la difusión del folclore cuyano en sus distintas formas: tonada, cueca, gato y otros ritmos que expresan el alma de nuestra región. Integrado por más de 200 artistas, el grupo ha sabido proyectar su tarea más allá de los escenarios, llegando incluso a las escuelas, donde ha despertado un genuino interés por la música folclórica entre los más jóvenes.
Esta labor educativa resulta especialmente valiosa si se tiene en cuenta que la Ley 27.535, sancionada en 2019, reconoce el derecho de todos los estudiantes a recibir formación en folclore. En ese sentido, ‘La Cuyanía” ha sabido adelantarse a los tiempos, ofreciendo a niños y docentes una experiencia concreta de aprendizaje sobre nuestras raíces culturales, más allá de los límites curriculares.
La idea que sostiene el movimiento -que el folclore es un bien público por su aporte a la identidad y al patrimonio cultural de la nación- merece ser adoptada como política de Estado. Cada tonada o cueca que suena en un aula o un escenario no es solo una melodía, es una lección de historia, una afirmación de pertenencia, una celebración de la diversidad cultural argentina.
La reciente participación de ‘La Cuyanía” en la Fiesta Nacional del Sol fue una muestra de su crecimiento y del reconocimiento que sus integrantes han alcanzado. El éxito de su festival anual confirma que hay un público dispuesto a escuchar, valorar y sostener esta expresión auténtica de nuestra cultura. Por eso, apoyar y promover ‘La Cuyanía” es también defender la raíz de nuestra identidad. Que la música cuyana siga sonando, porque en ella late el corazón de San Juan.
