No hay nada más reconfortante ver que un adolescente le ceda a una persona mayor su lugar en cualquier ámbito, ya sea que se trate de una cola en un supermercado, al subir a un colectivo o, simplemente al ingresar a un local comercial. Inmediatamente percibimos que se trata de un chico o una chica que han sido bien educados y que ponen en práctica esa enseñanza que, generalmente, provino del seno del hogar donde se criaron, o al menos pasaron los primeros años de vida.

El hecho de que este tema sea abordado en este espacio responde a que, de un tiempo a esta parte, se observa en esa franja etaria como los buenos modales se han ido perdiendo en detrimento de una buena convivencia dentro de nuestra sociedad. El hecho de no saludar correctamente al ingresar a un sitio o de no agradecer alguna acción, son muestras de desprecio hacia el prójimo que luego pueden llegar a derivar en la cultura del “descarte”, como se denomina a ese comportamiento que deja de lado a los mayores por su propia condición y por considerar que es poco lo que pueden aportar a la sociedad.

El tema del boleto gratuito que se ha implementado en la provincia en beneficio de alumnos y docentes, en los distintos niveles de educación, es propicio para reflexionar sobre la actitud que asumen algunos estudiantes cuando suben al colectivo. Por estos días hubo algunas quejas de parte de personas mayores que pagan el pasaje, de que tuvieron que viajar parados porque los chicos estudiantes no tuvieron la consideración de cederles el asiento, sabiendo que ellos viajan gratis y que hay una gran diferencia de edad y de condiciones físicas con personas más grandes que ellos.

Por una cuestión de respeto hacia el prójimo, las generaciones más jóvenes deben considerar que la edad no otorga derechos ni privilegios, simplemente merece el reconocimiento de quienes ahora tienen la posta para seguir luchando en beneficio de la sociedad.

Ser educado y demostrar buenos modales, otorga a cualquier persona, especialmente si es joven y se está abriendo camino en la vida, una consideración especial y una sobrevaloración que de otra forma nunca la lograría.

Si bien es cierto que estamos entrando en una etapa de la humanidad en la que la tecnología avanza a pasos agigantados invadiendo todos los estilos de vida, siempre hay que dejar un espacio para que lo humano se siga manifestando y en este sentido los buenos modales representan la puerta que posibilita ingresar a un mundo de respeto mutuo, tolerancia y comprensión en el que todos puedan convivir armoniosamente.