En un primer momento se creía que la ludopatía era exclusiva de personas mayores que se hacían adictos a los juegos de azar, pero se ha comprobado que este mal puede afectar a los individuos de todas las edades, incluyendo a niños y adolescentes que, en un primer momento, pasan demasiado tiempo frente a las pantallas participando de cuanto concurso o juego de azar encuentran en la web. Esto hace posible que la adicción a los juegos crezca de una manera excesiva y que los chicos no lo hagan con el solo objeto de divertirse sino con el propósito de probar suerte para ganar algunos de los premios que se ponen en juego, actitud que los lleva a gastar mucho dinero en una práctica que por lo general salen perdiendo con pocas posibilidades de recuperar los fondos invertidos.

Otro aspecto que preocupa de esta situación es la imposibilidad de controlar este comportamiento y de contabilizarlo, ya que se hace a través de distintas plataformas de internet, utilizando medios electrónicos como los celulares, que son de uso personal y privado. Es casi imposible en tiempo real poder controlar que hace cada niño o adolescente para verificar si está jugando a hacer apuestas, una actividad que luego se hace hábito, acompañando al individuo durante toda su niñez y adolescencia hasta llegar a la adultez, en que recién es considerada una adicción con posibilidades de recibir tratamientos específicos.

Dentro de todo este fenómeno hay un hecho notable y es que desde la pandemia los jóvenes incrementaron tres veces el tiempo que pasaban con sus celulares, lo que luego se convirtió en un factor clave en el aumento de menores que se vuelcan a los juegos de azar, gastando grandes cantidades de dinero. Lo que en un principio surge como una costumbre simpática de apostar en cuento juego de azar se promociona por la red de internet, se convierte luego en una perversa adicción de la que se hace imposible sacar a los chicos que recurren a los más diversos medios para poder sostener ese hábito que termina costando mucho dinero a las familias.

Sumergirse en el mundo de la ludopatía infantojuvenil es una tarea que las autoridades y los padres deberán encarar, con el propósito de ver si pueden llegar a controlar la adicción de sus hijos.

Es un problema que se ha hecho muy grave, mientras una gran parte de la sociedad se niega a considerarlo como tal.

El tema es que si no se lo aborda a la brevedad, en poco tiempo más tendremos una sociedad adicta a los juegos de azar, en todas sus modalidades, algo que no se puede permitir por las graves consecuencias que esta actitud ocasiona en el tejido social de la comunidad.