Se dice con gran convencimiento que el sentido de libertad es el bien más preciado que nos ha dejado la Revolución de Mayo de 1810. Este encierra a todos los demás principios que dieron lugar a este acontecimiento histórico, que los argentinos debemos sostener, teniendo en cuenta que son la base fundamental sobre los que se ha forjado la nación y que por nada del mundo deben dejarse de lado, ya que sería desconocer los innumerables esfuerzos que dieron origen al país.
La gesta de Mayo representó un momento crucial en la historia de nuestro país, donde los criollos influenciados por ideas liberales y buscando un autogobierno, tomaron las riendas del Virreinato del Río de la Plata, dando inicio a un proceso que culminaría con la independencia nacional y la formación de un nuevo estado nación.
En la actualidad nos enfrentamos a la responsabilidad de mantener vivos los ideales de Mayo de 1810, entre los que la libertad surge como uno de los principios distintivos al que los argentinos valoramos por sobre todas las cosas, ya que es el que le otorga al hombre dignidad y sentido de pertenencia, haciendo que se quede, por elección propia, en el lugar donde nació, creció y continúa transcurriendo su vida.
Junto al principio de la libertad está también el de la autonomía política que surgió cuando los criollos buscaban controlar la administración y las decisiones políticas del Virreinato, sin la intervención directa de España.
Otro, es el de la autonomía económica, surgido cuando se anhelaba el control de la economía virreinal, incluyendo el comercio para evitar la dependencia de España. También tenemos la igualdad jurídica mediante la cual se reclamaba el reconocimiento de los derechos y responsabilidades de los criollos como iguales a los españoles peninsulares. Y la defensa de los derechos individuales que promovían las ideas liberales como la libertad de expresión, de comercio y de derecho a la propiedad, inspiradas en la Revolución Francesa y la Declaración de Derechos del Hombre y del Ciudadano.
El último principio es el de la reivindicación de la soberanía popular, tema en el que la revolución marcó el inicio de un proceso de transición hacia la independencia.
Cada uno de estos postulados son los que hay que sostener en estos momentos en que el país afronta un proceso de reestructuración que llevará varios años. Tanto las autoridades de gobierno como el pueblo deben complementar las acciones a seguir, buscando avanzar en sintonía con el mundo pero sin olvidar aquellos principios en los que se sustenta nuestra idiosincrasia de argentinos.
