La autorización del Ministerio de Salud para la venta en farmacias del Aceite de Cannabis Medicinal marca un antes y un después en la política sanitaria de San Juan. Un logro que combina ciencia, Estado y salud pública en beneficio de los pacientes.
San Juan acaba de dar un paso trascendental en materia de salud pública y desarrollo científico. La autorización para la venta en farmacias del Aceite de Cannabis Medicinal CANME CBD 10% constituye un hecho inédito en la provincia y un ejemplo de cómo la articulación entre el Estado, la ciencia y la tecnología puede transformarse en una política concreta al servicio de la comunidad.
El producto, elaborado íntegramente por CanMe San Juan Sociedad del Estado, fue oficialmente inscripto en el Registro de Especialidades Medicinales del Ministerio de Salud bajo el número MSSJ02, a partir de la Resolución N° 4971-MS-2025. Esta decisión habilita su comercialización en farmacias -públicas y privadas- bajo receta médica, garantizando que su uso esté orientado a fines estrictamente terapéuticos y controlados.
Lo que distingue este logro es su alcance institucional y su significado social. Por primera vez, una empresa pública provincial obtiene la registración formal de un aceite de cannabis medicinal de producción local. Esto implica que cada frasco de CANME Cannabidiol CBD 10% solución oral cuenta con trazabilidad, controles de calidad y seguridad sanitaria conforme a las normativas nacionales y provinciales. En términos simples se trata de un producto seguro, accesible y con respaldo científico.
El aceite contiene 100 mg/ml de cannabidiol disuelto en aceite de sésamo puro, se presenta en frascos goteros de 10 ml y su uso es exclusivamente por vía oral. Pero más allá de sus especificaciones técnicas, lo que realmente importa es el significado humano detrás de esta autorización: el alivio para cientos de pacientes que necesitan este tipo de terapias para tratar distintas afecciones neurológicas, inflamatorias o crónicas.
El camino hasta aquí no fue corto. Fueron años de investigación, ensayos, habilitaciones sanitarias y trabajo conjunto entre organismos públicos, universidades e instituciones de salud. Cada paso se dio bajo un mismo objetivo: producir conocimiento y bienestar con base científica y soberanía sanitaria.
Con esta resolución, San Juan se posiciona como referente nacional en la producción pública de derivados medicinales del cannabis. No solo concreta un proyecto que llevaba años de gestación, sino que también demuestra que el desarrollo local, cuando se apoya en la ciencia y la gestión responsable, puede transformar la vida de las personas.
