Después de más de una década de inacción, el Gobierno de San Juan ha decidido reactivar una idea que podría marcar un antes y un después para la producción vitivinícola del país, al impulsar la llamada Ley del Mosto. Se trata de una iniciativa que plantea reemplazar los jarabes de maíz de alta fructuosa -ampliamente utilizados en bebidas y alimentos procesados- por jugo concentrado de uva, un producto natural, saludable y de alto valor agregado.

La propuesta, presentada ante el Directorio de COVIAR en Mendoza, no es sólo un proyecto productivo, sino también una apuesta estratégica con implicancias sanitarias, económicas y ambientales. En lo económico, la medida generaría un mercado interno masivo para el mosto, que es hoy el principal producto de exportación sanjuanino. En lo sanitario, podría significar un cambio de paradigma al reducir el consumo de edulcorantes sintéticos y azúcares refinados, señalados por la comunidad médica como factores determinantes en enfermedades metabólicas.

El texto de la iniciativa contempla incentivos fiscales para las empresas que incorporen jugos naturales y mayores impuestos para aquellas que sigan utilizando edulcorantes artificiales o jarabes de maíz. Se propone premiar lo saludable y desalentar lo dañino. En paralelo, San Juan busca sumar apoyos de provincias productoras como Salta, Catamarca, Jujuy y Neuquén, con el objetivo de llevar el proyecto al Congreso Nacional y darle carácter de ley.

Vale recordar que en 2014 se intentó avanzar en una medida similar, que proyectaba la utilización de 60.000 toneladas de mosto y la creación de 3.500 empleos directos. Aquella oportunidad se frustró, pero hoy el contexto parece más propicio. Existe conciencia sobre la necesidad de diversificar la vitivinicultura y, al mismo tiempo, sobre los efectos negativos del consumo excesivo de azúcares industriales.
El desafío no será menor. La discusión sobre la derogación del histórico acuerdo MendozaSan Juan de 1994, que regulaba la proporción de uvas destinadas a mosto, genera tensiones en el sector. Sin embargo, avanzar en una nueva ley nacional podría equilibrar la balanza. Fortalecer la producción regional, mejorar la salud pública y posicionar al país como pionero en un cambio de modelo productivo.

San Juan vuelve a poner el tema sobre la mesa. Y esta vez, el debate trasciende las fronteras del vino.