Aborígenes y conquistadores. Militares y educadores. Sabios y artistas. Políticos y héroes. Empresarios y aventureros. Es tan amplio el abanico de personajes cuyo nombre está inmortalizado en las escuelas sanjuaninas, que es imposible sacar un solo rasgo en común, salvo el preponderante: son hombres y mujeres que hicieron historia. Cada vez que en San Juan se va a bautizar una escuela, hay un debate previo para decidir qué nombre ponerle. Debe ser alguien que haya hecho un aporte importante y positivo a su comunidad o a la humanidad, y si ese alguien fue de esta provincia o al menos estuvo vinculado, mucho mejor. Es que las instituciones escolares son un fuerte elemento de identidad cultural en la tierra de Sarmiento, la provincia asociada a la educación y la resiliencia, cuya ciudad primigenia fue fundada hace exactamente 463 años.
En esta edición tradicional y especial al mismo tiempo, DIARIO DE CUYO toma un corpus de 50 escuelas estatales (de entre las casi 1.400 que hay en total en la provincia, entre públicas, privadas, urbanas, rurales y de todos los niveles y modalidades) y revela qué hicieron aquellos personajes, tanto las personas reales como las míticas (sanjuaninos, del país y del extranjero), que fueron escogidos en algún momento de la historia local para imponerle su nombre a alguna de ese medio centenar de entidades educativas.
Este recorrido, que abarca a personalidades trascendentes y otras que casi nadie conoce, sorprende con revelaciones como el perfil de quien impulsó la educación minera en San Juan, quienes se jugaron la vida o las finanzas con San Martín en su cruce de Los Andes, las mujeres que se impusieron a los cánones y fueron pioneras en distintas áreas, los hombres que arrancaron un negocio de la nada y crearon mundos increíbles, o las desventuras de colonizadores españoles que tuvieron un final trágico.
Como un aporte para coleccionar, cada perfil además va acompañado por una ficha técnica de la escuela que lleva su nombre, y una imagen de cómo lucía ese personaje en su época de esplendor. Son casi cinco siglos de microhistorias que se agigantaron y de claves humanas para comprender un laberinto de contradicciones y crecimiento. Siempre en construcción. Con un pasado claro. Y un futuro para el que terminaron convirtiéndose en imprescindibles.

