El consagradísimo músico que el 23 de julio cumplió 66 años sube a escena hoy a las 20 h, en el Teatro Sarmiento (Alem 34 norte. Entradas: $50.000, 40.000 y 30.000) en medio de la gira 5.0 con la que celebra su medio siglo de trayectoria recorriendo grandes hits y el nuevo repertorio que escogió el público a través de las redes sociales. Después de recorrer Latinoamérica y Europa con su tour, Aznar dialogó con DIARIO DE CUYO sobre su vida atravesada de punta a punta por la música según 11 capítulos que van desde Madre Atómica, hasta Charly García, David Lebón y sus estudios en Estados Unidos, el mejor recital de su historia, sus 3 Premio Grammy y lo que representa la música para él.

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Los 10 momentos claves de estos 50 años.
“Entrar a tocar en Madre Atómica, a los 14 años, junto a Mono Fontana y Lito Epumer; formar Serú Girán, a los 18; incorporarme al Pat Metheny Group a los 23; sumergirme en el mundo del canto andino de la mano de Leda Valladares; dedicarme de lleno a mi carrera como solista y compositor, a los 33; lanzar mi propio sello discográfico independiente y colaborar con innumerables y admirables colegas. Descubrir que un pequeño teatro puede ser un desafío igual o mayor que tocar al aire libre para 400.000 personas: entender y abrazar la responsabilidad social que me toca como creador y comunicador de ideas; y notar con satisfacción que mi obra ya no es sólo un legado personal, sino un bien común cultural’.

Serú Girán
En 1978, fue invitado por Charly García a integrar Serú Girán (junto con David Lebón y el fallecido Oscar Moro) que se convirtió en una de las bandas de rock latino más influyentes.

“Me contactó un productor diciéndome que Charly quería hacerme un ofrecimiento. Fue a verme al club de jazz Oliver donde yo tocaba con Amalgama. Entre una entrada y otra, me senté a su mesa, charlamos y me pidió sumarme al grupo. Yo estaba lejos de imaginar el impacto que iba a tener ese momento en mi vida y en la de mucha gente. Serú Girán se convirtió en la hermandad de cuatro tipos muy distintos que tenían un horizonte en común: hacer la mejor música que pudiera salir de nosotros. Y creo que se logró con creces. Nos inspiramos, nos desafiamos unos a otros y nos empujamos a crecer exponencialmente. Fue una experiencia transformadora, que tiene reverberaciones hasta el día de hoy’.

El recital con el que tocó el cielo con las manos.
“No sé si lo describiría en esos términos (el cielo siempre queda demasiado lejos), pero felizmente hubo muchos conciertos emocionantes en mi camino. Serú en la Rural en 1980, la primera vez que un grupo de rock convocaba a 60.000 personas, Pat Metheny Group en el Festival Internacional de Jazz de Montreal 1989 frente a 100.000 personas. Presentación de Caja de música, mi musicalización de poemas de Jorge Luis Borges en el Teatro Colón, el día del centenario de su nacimiento. Y cada vez que, como hace un par de semanas en Córdoba, siento que me desdoblo y soy a la vez el que ejecuta y alguien que escucha, dejándome llevar por la experiencia de la música como si ocurriera por su propia magia. En esos momentos, el cielo parece acercarse un poco’.

La canción más personal.
“Hay varias. Entre ellas se destacan A cada hombre, a cada mujer y Quebrado’.

Charly García.
“Es un hermano. Alguien con quien nos admiramos mutuamente, nos respetamos, nos inspiramos y nos peleamos en igual medida. Pero siempre es desde el cariño y desde la aceptación del otro como un par. Él es mi hermano mayor, claro, en muchos sentidos. Pero yo he sabido ser el joven inquieto que dobla la apuesta todo el tiempo y eso nos ha hecho sacarnos chispas, casi siempre en el buen sentido’.

Estados Unidos y el Berklee College of Music. 
“Tuve que dejar la “”comodidad” de ser parte del grupo más exitoso y respetado en aquel 1982 y sentarme junto a otros 20 jóvenes de todo el mundo a aprender con humildad y dedicación. Era algo que quería y necesitaba hacer. Me sirvió de mucho y fue una buena plataforma previa a mi entrada al grupo de Pat Metheny al año siguiente’.

Sus Grammy
Ganó este galardón en 3 oportunidades por First Circle, Letter from home y The road to you.
“Recibir premios es motivador, sin duda, pero hay algo que va mucho más lejos que es el cariño y respeto de la gente. Eso no tiene arbitrariedades ni discusión y es mucho más duradero y genuino’.

Ella se perdió
En David y Goliath, su álbum solista nro.4 que le demandó 4 años, su corte de difusión Ella se perdió, se convirtió en la canción más difundida en radios de su carrera como solista. Lo curioso es que ese cuarteto lo formó a través de un aviso en el diario. Recibió más de 200 demos y realizó más de 20 audiciones, decidiéndose por Alejandro Devries en teclados, Gustavo Sadofschi en guitarra y Cristian Judurcha en batería.

“Siendo los tiempos previos a la web en 1993, era la única manera de hacer una audición tan abierta. Fue un duro trabajo de selección, pero el resultado valió la pena. Todos ellos son músicos extraordinarios. De ese disco también salió Ya no hay forma de pedir perdón, otra canción que se convirtió en un clásico en mi repertorio’.

David Lebón
Compañero de ruta durante muchos años, él artista mendociono afirmó en una nota que el único que fue al hospital a abrazarlo cuando su hija sufrió sus quemaduras fue Spinetta y nadie más.

“Me parece que, en este caso, la memoria le jugó una mala pasada. David es un querido hermano y un músico que admiro desde mis tempranos años de preadolescencia. Alguien capaz de sacudir y conmover con su arte, hecho 100% de intuición. David tiene alma de niño, esa pureza y espíritu travieso brota en cada nota de su voz o su guitarra’.

La música.
“Es uno de los mejores modos a mi alcance para manifestarme en el mundo. Junto con la poesía, claro. Me ha sacado de pozos de tristeza, me ha enseñado lo que todavía no entendía; y me ha regalado un lenguaje que, cuando se habla con uno mismo o entre varios, alcanza un vuelo mucho mayor que el idioma de todos los días’.

El momento personal y profesional si mira su vida desde un tren.
“Creo que diría: “”Ese señor se las arregló muy bien para encontrarse consigo mismo, forjarse su propio camino, aprender con humildad y agradecimiento y calmar en buena medida los arrebatos del ego. Se lo ve satisfecho y feliz. Bien por él”.