Más de 30 cámaras públicas y privadas fueron analizadas por los pesquisas policiales y judiciales de la UFI de Delitos Especiales en las horas previas, concomitantes y posteriores al crimen del jubilado del área administrativa de la UNSJ, Mario Alberto Alday (78), quien fue golpeado, atado de pies y manos y asfixiado hasta la muerte con alguna almohada u objeto similar. También había sido alcanzado por las llamas del incendio que el homicida inició a propósito en la cama del dormitorio del departamento que la víctima alquilaba en el 1065 Oeste de la calle José Manuel Estrada, en Villa del Carril, Capital. El cuerpo había sido encontrado por Bomberos el lunes por la mañana. Las imágenes claves para llegar a un sospechoso, fueron aportadas por una del vecindario de Alday, que captó a un sujeto saliendo de su departamento con un bolso. Otras imágenes lo tomaron a pie un tramo después, ya sin ese bolso, lo que indicaría que algo o alguien lo obligó a descartar o esconder ese objeto. Que a Alday le faltara su teléfono celular (entre otras cosas), es para los pesquisas evidencia de que el móvil de ese ataque pudo ser el robo. Y que el homicidio pudo ser cometido entre las 2 y 3 de la madrugada del último lunes, dijeron fuentes judiciales.
Por las imágenes de cámaras de seguridad se llegó a establecer que ese sujeto no era otro que Iván Gamboa, de 34 años y habitué de la terminal y zonas aledañas, donde se ofrece a cuidar autos o a limpiar parabrisas en las esquinas. Lo avistaron el último miércoles alrededor de las 15 e instantes después fue capturado.
Si se confirma esa teoría, hoy el equipo investigador encabezado por los fiscales coordinadores, Iván Grassi y Francisco Micheltorena, y el fiscal Sebastián Gómez, podrían imputarle un homicidio agravado criminis causa, porque todo indica que el homicida buscó borrar sus huellas y, además, evitar que la víctima lo denunciara. El homicidio agravado se castiga con perpetua.
Para los investigadores, todo indica que Alday era homosexual y pudo contactar a Gamboa para mantener un encuentro íntimo en su departamento. Por eso se explica que los primeros vecinos en notar la presencia de humo en la casa de la víctima, tuvieran que forzar la puerta para entrar. Esa situación y el hecho de que no hubiera otros ingresos forzados, era para los pesquisas muestra clara de que el jubilado dejó entrar a su asesino y que éste, tal vez, usó las llaves para dejar todo cerrado antes de huir.
Mayores detalles sobre la teoría de como ocurrieron los hechos y las pruebas que tiene Fiscalía para dar el caso prácticamente por cerrado, se conocerán hoy, cuando Gamboa se siente frente al juez para escuchar la evidencia y los cargos por homicidio en su contra.

