Científicos investigadores del proceso de crecimiento poblacional en el mundo y de otros fenómenos vinculados al recambio generacional necesario para hacer que las comunidades avancen demográficamente con incidencia en sus respectivas economías, han llegado a la conclusión de que se ha comenzado a transitar un período de recesión sexual que pronto tendrá consecuencias en la reducción de la población mundial. Esto se combina con el efecto que provocan las guerras, culpables de que poblaciones enteras queden diezmadas, al morir ciento de miles de personas –especialmente hombres– sin posibilidad de que las familias se reconstituyan con fines reproductivos. Actualmente hay un total de 56 focos bélicos en todo el mundo, destacándose la guerra que libran Rusia con Ucrania e Israel con Palestina en la Franja de Gaza.

La disminución de la actividad sexual, que se observa a través de la reducción de la libido tanto en hombres como mujeres, ha pasado de ser un problema doméstico vinculado con la intimidad de las parejas, a un drama de carácter mundial que pone en riesgo el futuro de la población al haber disminuido la capacidad reproductiva de manera alarmante. Según estudios científicos la libido disminuye por factores psicológicos como la depresión, la ansiedad, el estrés o problemas de relación. También por el uso de fármacos y niveles bajos de testosterona, que llevan a una disminución del impulso sexual.

Muchos estados están viendo con preocupación este fenómeno debido a las malas perspectivas que se observan en cuanto a la conformación de la pirámide poblacional, muy ensanchada en las edades adultas y sumamente reducida en las edades medias y bajas, cuando en realidad debería estar invertida, para que los países puedan tener garantizado el recambio generacional que haga posible el normal funcionamiento de sus economías y, algo que es muy importante como es la viabilidad de los sistemas previsionales para el sostenimiento del sector jubilado.

El estilo de vida y las costumbres de los países de occidente hacen que cada vez haya menos casamientos o formalización de parejas que tengan en sus planes conformar una familia con varios hijos. Todo es superfluo, muchas de las parejas modernas conviven años sin procrear y en ocasiones desisten de tener hijos. A consecuencia de esta situación, a nivel mundial también ha comenzado a plantearse un grave inconveniente con las migraciones proveniente de países en conflicto o afectados por la pobreza. Ya sea que se trate de países de África, del mundo árabe o de América, el fenómeno es similar. Masas de inmigrantes llegan a Europa o a EEUU con objeto de asentarse con familias numerosas, demandando posteriormente trabajo y vivienda en un proceso de ocupación que ya está teniendo graves consecuencias al equiparar en número a las poblaciones originales.

De pronto un problema que nace de la falta de estímulos sexuales y que puede estar inducida o no por sectores que propician el control de la natalidad para evitar la superpoblación del planeta, se transforma en una situación global que pone en peligro el equilibrio demográfico que debe prevalecer.